¡Caramba con mi monedero!
_Hoy parece despertarse sin un centavo.
_Claro que, lejos de apenarse como muchos de sus compañeros-as, éste parece estar alegre. Comenta que se siente aliviado en situación de limpieza y que, hoy por hoy, no tendrá singulares obligaciones. Que festejará su día libre con un paseo en total libertad a su playa favorita.
_¡Fuerte descaro el del monedero!
_ Otro día parece ser que va mas que servido en cuanto a monedas se refiera. Pero lejos de estar saltando a la comba alegremente, pues se pone un poco tontorrón. Como si ello no fuera su cometido. _Digamos que algo rarillo si que es, y que se deje de tanto festejar sus días libres que va a pasar a un anonimato enclaustral. ¡Habrase visto semejante insolencia!
_Quizás el monedero lleno...
_ Cubra muchísimas de tus necesidades. Seguro que hay personas que casi venderían su alma ante tanto manjar.
_ Pero el dinero puede llegar a ser un manjar super goloso. Alterando el orden adecuado a su concepción. Quizás tal vez pases el día trabajando sin una aparente necesidad económica, y el dinero pueda convertirse en tu amo y señor. Los papeles a veces se invierten a un ritmo escandaloso. Sin llegar a ser del todo objetivos al respecto...
_Para una persona, familia necesitada, el dinero puede ser un don de difícil adquisición. A veces cubre algo mas que necesidades básicas. Otras, separa las familias, por que parece ser que el señorito dinero si no se le tiene a ojo, pues rompa, tal vez, todas las cartas de la baraja y siga dominando, inconscientemente, pues a todo serñor-a, rey de reyes que a su merced complazca.
_¡Abrase visto semejante osadía!
_¡Bueno, semejante comentario, no confundamos!
M.Mercedes Rodríguez Perera
¡Cuántas veces lo hemos tenido todo sin tener un céntimo en nuestro haber!El dinero es importante pero no ha de regir nuestras vidas. Monederos llenos y... almas vacías. Dineros escasos y almas en jolgorio. La vida es un contraste de lienzos no siempre bien avenidos ni entendidos. No sueltes tu monedero mas agárrate a la vida.
ResponderEliminarUn monedero vacío cuando lloro desconsoladamente una pérdida. Un monedero lleno cuando te devuelvo tus apuntes y me regalas una amplia sonrisa. Un monedero vacío cuando una depresión de caballo me ha dejado a ras del suelo. Un monedero lleno cuando, una excursión anticipada me hace contar días y horas para tal evento. Un monedero lleno cuando el respeto es una de nuestras mayores fortalezas y el saber estar nuestra llave de entrada.
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