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martes, 30 de julio de 2013

A veces la amistad...


   _A veces me ha dado la impresión de que la amistad se puede traducir a cualquier idioma... claro que en dicho idioma pueda aparecer ciertas variantes que no encajan del todo en lo que se espera de un buen amigo/a. Parece ser que a casi cualquier relación se la llama amigo/a. Y parece querer primar la cantidad a la calidad...
    _Entonces yo... que soy la mar de desconfiada por experiencias de hielo nórdico... me llevo las manos a la cabeza y procuro entender lo que no hay forma de aprender.

   En fin...
    _A los amigos hay que respetarlos, cuidarlos. Les haces comentarios, confidencias, que no harías en otro lugar, menos con los cotillas de los alrededores. A no ser que esa noticia-comentario tuvieras la idea, la intención, de que se publicara a los cuatro vientos. Es entonces cuando el cotilla encuentra su lugar y su horizonte.

     _Mas el verdadero amigo sabe donde estas, como encontrarte, que navega en tu dubitativa mente...
       -Quizás las dudas de como actuar, de como llegar a él/ella en ciertos momentos de verdadera cerrazón, pues pueden preocupar al amigo/a que te quiere ayudar.
        _El amigo de calidad nunca es de compra- venta. Bien sabe que ese tipo de relación puede romper una amistad lograda en el tiempo y que le es muy grato.

  _ A veces tomas consciencia de que al amigo/a también tienes que ponerles STOP de caballo. No todo esta permitido en la relación. Bien por que perjudica algunos de los miembros del grupo, o tal vez, por que la relación con tal actitud es como un ala delta descompensada y empicada casi al vacío...

      _Lo que te quiero decir es que los buenos amigos no nacen de la nada, ni del mundanal ruido. Surgen de un trabajo personal diario, constante y, a veces repetitivo. En los momentos fáciles muchos te dirán: ¡Es mi amigo!. En los momentos difíciles, pues muy pocos se atreverán a tocar en la puerta de tu casa. Principalmente, por que mas de un remojon se han llevado al acercarte cautelosamente  a su mirada.

       _En fin, el que tenga un buen amigo que lo cuide, que lo ponga a prueba de vez en cuando, como a los buenos motores, y que sepa que no los compra el dinero. Sí, aunque esto suena un poco a utópico.

     M.Mercedes Rodríguez Perera

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