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miércoles, 17 de julio de 2013

¡Uy, esa herradura!...


   ¡Uy esa herradura!
        Cuántos de nosotros/as hemos cerrado los ojos, cruzado los dedos, atrapado un pensamiento concreto y hemos gritado  hasta la saciedad: ¡Suerte!

       Suerte en la vida, en el amor, con la familia, en la salud, en el trabajo, en los compromisos sociales, aquellos, otros, realizados con la mente-corazón.

       Luego nos olvidamos de esa herradura que consideramos un tanto mágica, con la seguridad casi absoluta y necesaria de que algunos de nuestros deseos llegaran a nuestras manos dando lugar a una bonita sonrisa, y a un brillo en nuestros ojos emocionados. ¡Suerte!
 
    ¡Sobre todo que la salud acompañe a tu persona y florezca en tu vida bonitos y agradables amaneceres!

Los niños, los jóvenes son el futuro de nuestra sociedad y responsables del futuro de sociedades venideras. Cuida su educación, su libertad bien entendida, sus necesidades mas acuciantes. Cuida su relación familiar, de ti depende, quizás, que su mundo tenga infinitos norte que transitar y que bajo una formación en libertad, en valores, en respeto, en equilibrio... tenga muchas posibilidades de tener relaciones afectivas saludables, satisfactorias y sea un ejemplo a seguir para muchas otras personas que giren en torno a su mundo mas vital, mas satisfactorio, mas lleno de encanto.

      Apostemos por los niños, por los jóvenes, por unos principios sólidos y necesarios... en realidad,estamos apostando  por un envejecimiento digno, inevitable, pero necesario, arropado...

     M.Mercedes Rodríguez Perera

3 comentarios:

  1. Uy, cuantas veces nos hemos agarrado algún amuleto. Unos conocidos. Otros, comentados. Con la esperanza que algo salga bien. Con el inmenso deseo de ser feliz, de que ayude aquellas personas a las cuales mas unidas/os estamos. Sin casi prometer les nada.¡Ojo, que las promesas hechas, dicen que han de cumplirse! Con ilusión puesta en el corazón y dulzura en la mirada...

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  2. Quizás un buen amuleto sea aquél que siempre te acompaña. Tal vez lo llevas en tu mente y lo sacas a la luz en momentos necesarios. Tal vez las fotos de las personas que mas quieres o has querido en este mundo.Buscando su apoyo, su fortaleza, su ayuda... Un amuleto puede ser un beso, una sonrisa, una mentira con una sonrisa infinita, desbordando todo tipo de dudas. La paz interior es un buen amuleto. ¿El dinero?... a veces, cuando es muy necesario. La vida no se compra... los espejismos mentales... si.

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  3. Quizás no nos gusta que introduzcan el dedo en nuestras yagas. Que hurguen allí donde el dolor casi supera lo insoportable. Más si esa yaga no se cura adecuadamente, aunque ello pueda llevar, al principio, un dolor extremo... pues entonces acostúmbrate a mal vivir con el dolor de esas yagas. Si tuvieras un poco de sentido común te dejarías ayudar por gente especializada. Y aquel dolor casi insuperable desaparecerá de tu existencial. Permitiéndote a ti mismo aprender a vivir sin dolor ¿Podrás!...

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