Sí, cuando no respeto la libertad ajena y me vanaglorio que la mía es superior, única, indiscutible. Quedando muchas veces, esa persona, como alguien fuera de sí, fuera de lugar, algo despistado/a,charlatán, poco creíble...
Cuando lloro y seco mis lágrimas escondiéndome como si hubiese pecado contra dios y contra el mundo. Quizás en algún momento, todos o casi todos pecamos de un sentimiento de incomprensión, de tenerlo todo y de perderlo en un visto y no visto. Menos mal que esta sensación suele pasar en un instante...
Cuando enseño a los niños la importancia de tener unos valores claros para andar por la vida, para afianzarnos mas en lo que somos o queremos llegar a ser.
Cuando creo tener la libertad en mis manos y, la suelto abiertamente, esperando, tal vez que volverá. Que al llamarla ella identificará nuestro lenguaje, nuestros gestos, nuestros andares... pero a veces no vuelve.
Se va por otros derroteros. Sin embargo, yo creo que los lazos de unión no se rompen fácilmente aunque tal vez, requiera un trabajo de equipo...
Yo tardé en escuchar la palabra libertad. Menos aun entender lo que significaba. Conocí personas que en un concepto equivocado de libertad, se drogaban, se prostituían, robaban, insultaban... ¡Uy, que palabra tan fea!.Luego alguien me enseñó que la libertad bien entendida es una de las joyas mas bonitas de la humanidad.¡Ojo, bien entendidas!Yo también empecé amarla, entenderla.
ResponderEliminarLibertad con alfileres donde todo el mundo gobierna, donde el silencio se encuentra en urgencias muy mal situado. Cuando me cuesta pedir perdón y alguien me hace vomitar esa palabra con muchísimo esfuerzo(que ni yo soy una santa, ni vengo de un santuarios).A veces tengo la sensación de perder a personas importantes, capaces de llenar mi vida de todo aquello que necesito. Pero solo es una intuición. A veces la vida es la mar de trastiona y apenas nos da pista de quienes han de estar ahí.
ResponderEliminar