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viernes, 5 de julio de 2013

La importancia de la comunicación, del lenguaje, la espera...


   La importancia de la comunicación, del lenguaje, de la espera...
       Te comento que de niña fui super tímida. Podía pasar horas sin abrir la boca, sin inmutarme aun estando dentro de un grupo. Te puedo asegurar que ello ha sido una de las experiencias mas desagradables que he tenido en mi vida. Si te comentara que no salía a la calle por que encontrar a alguien conocido...me daba un pavor impresionante. No era capaz de articular palabra. Se me helaban los contenidos de comunicación. Sí, aquello fue una época realmente infernal. Como para meterte bajo sábanas y que el mundo -vida siga su curso. Una vez hecha la confirmación entré a formar parte del grupo de catequistas para transmitir a los niños un mensaje catequético(esto fue una de las cosas mas bonitas que me pudieron pasar en la vida). Estuve muchísimos años enseñando catequesis a niños entre ocho, nueve y diez años. Para mí fue toda una bendición.. Yo soy de las que piensan que si se va a mi catequesis, pues se va aprender. La catequesis no tiene por que ser aburrida.Mas bien dinámica, participativa... Todo ello es posible si el catequista se prepara la catequesis y presenta al grupo una aptitud creativa donde todos participan y todos son importantes. Esto viene a cuento porque mi lenguaje tenía que llegar a los niños. Era necesario en tal aprendizaje utilizar un lenguaje sencillo, cómodo, asequible... nada mejor que escuchar el lenguaje de los niños y aprender muchísimo de todos ellos(todos los niños tienen una gran sabiduría, podemos aprender muchísimo de ellos escuchándoles y observándoles).Practique con mi forma de hablar, con mis conceptos abstractos hasta traducirlos en lenguaje comprensible para los niños/as. Evidentemente me costó lo mío. Pensé que si un grupo de niños era capaz de entender mis enseñanzas, pues la experiencia merecería la pena. Funcionó muy bien. Tal vez, no todos lo niños salieran satisfechos de mis enseñanzas. En fin, nadie es perfecto. Todavía encuentro hombres y mujeres como castillos que me saludan al verme y con los que intercambio palabras. En el fondo la formación que yo transmitía era una formación para la vida, aprender a vivir en valores, en respeto, en amor a dios como miembro de una comunidad que formamos todas las personas de una iglesia, de una doctrina específica. También para convivir en la sociedad y tener unos valores que te hagan sentir cómodo, auténtico...Dios es un patrimonio universal y cualquiera puede acogerse a él.

    En fin, dejé de dar catequesis por motivos particulares. Mas de todos los niños que pasaron por mis catequesis aprendía acercar más mi abstracto  lenguaje, a uno sencillo, campechano. Ello me ayudó a explicar me mejor con un lenguaje propio,a entenderlo y a tener la capacidad de transmitirlo allí donde yo quisiera. 

      Ya no me considero una persona tímida. Me gusta respetar y ser respetada. Pienso que vivimos en una sociedad carente de valores. Que lo que nos es fácil y accesible, pues nos puede resultar cansón y aburrido, des-echándolo en poco tiempo. Muchas personas están desencantadas de si mismas. Hay algunas  personas que tienen un comportamiento para agradar a todo el mundo. Anulando su personalidad, sus gustos propios, su libertad, alimento éste tan preciado o codiciado... no permitas jamas que nadie te corte las alas, impidiéndote realizarte según tus criterios personales, tu forma de entender tu vida. Gracias

      M.Mercedes Rodríguez Perera

2 comentarios:

  1. Quizás yo sea una de las personas mas agobiantes hablando de dios. Es verdad que los niños me ayudaron a convertir un lenguaje abstracto en su explicación la mar de sencilla. Siempre aprendes de ti mismo, de otras personas, de la naturaleza, de experiencias buenas y malas. La vida es aprendizaje, mirando siempre adelante, conquistando lo que quieres. Sé feliz...

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  2. ¡Seguro que si te comento que de pequeña no sabía hablar, comunicarme con el lenguaje!... Utilizaba los gritos, las patadas, tiraba cosas al suelo, me revolcaba en el piso. No entendía el lenguaje, desconocía el vocabulario a utilizar para comunicarme con mi familia. Mi timidez mayúscula y mi incomunicación con el mundo produjeron lagunas infinitas que me hundieron en un abismo. Hoy estoy saliendo de ese infierno que casi me cuesta la vida. Hoy me comunico, ello es todo un regalo.

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