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martes, 26 de mayo de 2015

Dormirse ante la vida


  Dormir ante la vida
    Cuando me rindo a la primera de cambio sin darme una oportunidad que quizás me merezca.
    Cuando no valoro, positivamente, los momentos gratos, cómodos, divertidos que la vida me regala sin haber un antes ni un después que lo justifique.

Despierto ante los momentos
    Cuando ante un bello amanecer me dejo llevar por su cautivador momento.
    Cuando aprendo de los otros, de mí mismo, de las circunstancias adversas, y me recuerdo a mí mismo que hay multitud de momentos para dar un gracias infinito a la propia vida.
    Cuando no me siento solo en el camino. Y tengo la certeza del acompañamiento de todo un equipo responsable, atento, con ética y valores adecuados para salir adelante.
     Cuando una sonrisa es capaz de cambiar el chip de mis momentos.
    Cuando soy capaz de crear, fabricar momentos importantes para mí y que repercuten, positivamente, en otras personas.
    Cuando le encuentro un sentido positivo a mi vida, a mi mundo interior-exterior, olvidando por momentos mis malos rollos. Sí, aunque estén justificados.
    Cuando tu fortaleza se suma a mi fortaleza. A la fortaleza de muchos como nosotros y... lo que parecía todo un imposible se conviete en toda una realidad posible, cómoda y hasta auténtica.

     ¡Felicidades!

M.Mercedes Rodríguez Perera

3 comentarios:

  1. Quizás haya momentos en la vida que por su crudeza, o tal vez, por que no hayamos una via de solución cómoda, rápida,certera... pues podemos tomar caminos que al pasar del tiempo nos puedan resultar equivocados. Pienso que no es culpa del caminante tener su propia visión del camino. Equivocarse y reconocer el error es fruto y trabajo de una mente reflexiva, que reconoce no ser perfecta. Aprender de las equivocaciones es el mejor camino para superar multitud de obstáculos en la vida. Equivocarse es algo humano. No ha de ser penalizado. Digamos que es una forma de aprender de la propia vida, de sus momentos, de sus señalizaciones...

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  2. Dormirse ante los acontecimientos quizás sea un stop ante momentos de mucha aceleración mental. Tal vez, de agotamiento ante momentos que necesitan ser tomadas con mas calma. El mundo no se para por nosotro ir a una mayor velocidad. Tomarse un tiempo a la hora de dar respuesta a ciertos acontecimientos importantes, pues quizás sea una forma de ver las cosas desde fuera, desde su conjunto, desde un espacio necesario y, muchas veces, productivo.

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  3. Un día me dormí ante la vida. Lo hice casi sin darme cuenta. Solo dormía. Sí, de noche y de día. Me levantaba en momentos muy puntuales como para comer e ir al baño. ¡Ah, y para visitar al siquiatra! LLegó un momento en que incorporarme era un sufrimiento total y absoluto.No tenía fuerzas en mi cuerpo. Un familiar fue a visitarme me agarró del brazo y vio mi lamentable estado de salud. Le dijo a mi madre que me la iba a llevar a su casa. Mi madre accedió. A los pocos días ya yo respiraba vida, energía, libertad... ¡Para que digan algunos que los milagros no existen!

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