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domingo, 31 de mayo de 2015

Aquélla necesidad de compartir mi mundo interior


  Aquélla necesidad de compartir mi mundo interior me liberó de un infierno. De pequeña tenía una facilidad enorme para contar cosas. Yo era mi primera admiradora y la que se alimentaba de aquellos textos propios de una niña para soñar que un día sería libre. Alguién con personalidad propia, que podría escapar de su mundo interior en la que muchas veces se encontraba atrapada sin sentir el origen de tal agobio. Un día entendí, tímidamente que, aunque mis textos, mis comentario, mi forma de comunciar mi vida, el mundo, los sueños, la necesidad y hasta los prejuicios pues, intentaría dar a conocer ese tesoro personal que albergaba multitud de encuentros, desencuentros, amor, desamor, vida, desahucio... jamás pensé que tuvieran la aceptación que han tenido. Incluido mis dibujos contemporáneos. Pero hoy soy feliz a mi manera. Hoy entiendo el mundo, la vida, mis circunstancias de forma mas saludable, mas cómoda, mas atrayente. Hoy por hoy he aprendido a separar las cosas, a entrar en vidas ajenas pidiendo permiso y con muchísima delicadeza. Mi mundo interior sigue fabricando vida, entusiasmo, curiosida, juego, libertad... y hoy vosotros también, de alguan manera, pues me ayudáis a crecer, a conocerme, a contactar con el mundo real, a pisar fuerte en la vida. Mil gracias por estar ahí, por esa maravillosa acogida, por permitirme, de alguna manera, ser parte del mundo. ¡Gracias!

     M.Mercedes Rodríguez Perera

2 comentarios:

  1. Sabes, empecé a escribir por que el bloqueo mental, emocional,afectivo, unido a una excesiva timidez, pues me impedía comunicarme con nadie. Sin embargo, necesitaba hablar con alguién. Fabriqué amigos ficticios a los que comunciaba mis momentos dificiles y aquellos mas digeribles. Cada texto lo valoraba con bastante puntuación. Estaban dirigidos a un amigo imaginario con el cual pensaba reencontrarme en un futuro. ¡En fin, cosas de niñas! Pero gracias a esos textos, a ese amigo imaginario mi vida encontró la fuerza mas que suficiente para salir al exterior, aprender a comuncarme y no castigarme tanto por vivir en su momento en un aislamiento sentido como algo total y supremo. ¡Oh, ya has salido!

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  2. Sabes, hay personas que encantadas volverían a episodios del pasado. Yo jamás lo haría puesto que en gran medida fue todo un infierno. La verdad es que mi hermana fue toda una válvula de escapape. Me dedicaba tiempo, me animaba en momentos difíciles. Siempre pendiente de mí, me daba muy buenos consejos. No creo que en la vida pueda tener una hermana mejor que la que tengo. Quizás haya hermanas que sean igual de buenas que ella. Mejor imposible. Mi mundo era un abstracto y yo, una profesora en sus inicios. ¡Qué difícl!¡Sí, qué difícil! Jamás me sentí valorada por terceras personas(Ojo, mi hermana es una excepción), por lo que estaba convencida de que nada de lo que hiciera llegaría a buen puerto. ¡Sabes, realmente me lo creí!¡Es ahí donde radica, verdaderamente el problema!

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