A alguién que se quiere...

   Bueno, pues... la andadura en el camino no siempre es, ni fácil, ni cómoda. A veces, un pequeño problema lo puedes convertir en un tanque de batalla, nada fácil de manejar. Sin embargo, los problemas que se guardan durante una cierta distancia (en fin que les damos algunas vacaciones), pues, luego no parecen tan difíciles de entender. Incluso la situación se puede considerar bastante manejable. Quizás te pueda parecer fácil la convivencia... a veces lo es. En otras ocasiones se hace la vista gorda. A veces, es un infierno donde no te han pedido permiso para entrar. El camino suele estar lleno de matorrales que nos impiden pisar, en ocasiones, tan fuerte como debiéramos. ¡EL MIEDO, ENEMIGO PRIMORDIAL,EN CUALQUIER ANDADURA¡ ¡OJO, PUES!...

Las buenas amistades hay que cuidarlas, alimentarlas, saber encontrarlas, situarlas en un lugar importante tanto del corazón como de nuestro haber. Las buenas amistades tienen un valor excesivamente exquisito, como para permitirnos el lujo de perderlas... Ojo, que la correspondencia en tal labor y cuidado de la amistad es importantísima. Digamos que es un buen caldo de cultivo pa tirar pa´ lante.

La vida nos regala multitud de premios a lo largo de toda nuestra andadura. A veces, no somos conscientes de ello y los despreciamos incluso con un mal gesto. Eso es muy desagradable porque yo puedo estar en una situación determinada, pues a día de hoy. Y mañana, a lo mejor, te puede tocar a ti el mismo lugar.

Las buenas relaciones hacen la vida agradable, cómoda, placentera... pues digo yo que, por algo serán. Las malas relaciones incomodan, dañan nuestra actitud ante el camino, ante la vida, incluso ante nosotros mismos. Recuerda que los premios,satisfacciones que pudan darnos la vida, no siempre se encuentran al final del camino. A veces, podemos encontrarlos casi en cualquier lugar. Dependen de nuestras espectativas y de una actitud de agradecimiento ante lo poco y lo mucho. Lo ideal es que reconforte y nos haga sentir bien, cómodos. Normalmente, solemos saber en qué momentos estamos siendo recompensados. Es cuestión de sentido común. Para ello pues el libro no siempre es el mejor guía. Aunque... si hablamos del libro de la vida en el día a día... pues no sabría que decirte. Desear suerte, siempre ha de ser, o ha de  presuponer, que sea de alguién que nos quiere. Alguién que  nos desea, honestamente, que todo nos vaya bien. Bueno, eso es lo que yo pienso. Así pues, suerte.

      M.Mercedes Rodríguez Perera   27/05/14