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miércoles, 21 de mayo de 2014

¡Y qué me dices de la señora libertad!...


   Unas veces, parece quedar bien definida, bien establecida en su género, en sus principios más básicos. 
   Pero en otras ocasiones, como que se pierde en el camino a seguir... y se queda un tanto duditativa. Mas siempre suele encontrar el camino de vuelta a casa, por que hay multitud de personas sedientas de una libertad justa, atenta, cómoda, segura, disponible...
    La libertad para mí es un principio muy importante. Dignifica a las personas y las hace sentir muy grande en cuanto a derechos, principios, formas de actuar... Pero también entiendo que en nombre de la libertad se ha buscado, insistentemente, en algunos momentos, el dominio de unas personas sobre otras. Anular la libertad es algo así como quedar bajo en desfensas y dificultoso en oxigeno. La libertad para mí, ha de ser una bandera universal. Donde el idioma no tiene problema en ser traducido. Donde la educación, el respeto, el aprendizaje, al superación... han de ser inherentes a ella misma. La libertad ha de saber y entender que yo la quiero muchísimo. Me ha costado mucho llegar hasta ella, entender su lenguaje, comunicarme en sus principios. No concibo la vida sin libertad bien entendida y bien asimilada. La libertad es muy respetuosa aunque quizás sea importante llegar a entender su idioma y proclamarlo a los cuatro vientos. ¡Felicidades!

      M.Mercedes Rodríguez Perera

3 comentarios:

  1. ¡Vaya si han corrido ríos de tinta en cuanto al concepto libertad!. A veces, incluso, se ha corrido de tras de ella sin saber exactamente que es lo que ibas a encontrar. La vida, para mí, es una llave mágica. Bien usada puede llevarte casi a cualquier lugar. Usandola mal... puedes quedar enredado en tus propios principios. Mas la libertad ha sido y es un logro muy importante. ¡Cuidémosla entre todos!

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  2. A veces, he andado a ciegas buscando la libertad. ¡Ojo, que me costó encontrarla!... puesto que, me movía en ambientes nada próximos a tan encantadora señora(la libertad). Mas cuando la encontré mis ojos se llenaron de unas lágrimas un tanto complicadas. Por una parte... una alegría infinita. Por otra... el dolor que me había costado llegar hasta ella. ¡Extrañas cosas que pasan sin una buscarlas!

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  3. Y la libertad llamó a mi puerta, mas no la reconocí y le cerré dicha puerta. Luego, me la encontré en el parque, y dialogamos largo rato. ¡Oh!, tampoco la conocí. Posteriormente, vi a alguien que dialogaba con los niños. Reía con ellos y parecía hacerles muy felices. Entonces me dije:¡Sí, es la señora libertad! ¡Oh!, no me equivoqué!. No podría explicarlo, fue algo puramente instintivo... y ella lo supo.

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