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miércoles, 5 de noviembre de 2014

Un parto imaginario


   Un parto imaginario. ¡Cosa de locos! ¡Bueno y qué!
En mi adolescencia pasaba, aparentemente, mucho tiempo sedada. ¡Ojo, que no soy drogadicta! ¡Yo nunca he probado las drogas voluntariamente! Pero sí que era muy nerviosa. Y en mi familia no estabán, aparentemente, para quebraderos de cabeza. Así que un día fui con mi madre a un mecánico de la mente y me recetó unas gotas que me dejaban aparentemente zombis. Excelente medicina, para caso tan igual. En fin, como las cuñas a veces vienen geniales, a mi madre,aparentemente, no le costó ningún trabajo obtener dichas gotas cada vez que en gana le viniera. ¡Y con esas maravillosas gotas vino la paz al hogar!. Ojo, que yo no estoy para nada en contra de los siquiatras. Si te soy sincera gracias a ellos yo he conseguido encontrar un equilibrio en mi persona y en mi mente. La capacidad que tengo ahora para comunicarme, guardar información,  acercarme al mundo de forma compensada, para el aprendizaje pues, la verdad es que nunca anteriormente  la tuve. Aquellas gotas me impedían ir al colegio, al instituto con normalidad, por que te dejaban drogada a tope. Sin entender nada, sin comprensión alguna. En fin, zumbada hasa la médula. Bueno, hubiera preferido ir al siquiatra de vez en cuando para realizar las observaciones oportunas. Claro que, el chollo que, aparentemente, mi madre tenía con aquellas gotas sedantes les venía, aparentemente, a la familia  pues como anillo al dedo. Y a mí... con unos tembliques de escándalo.

     Bueno, muchas veces viene a mi mente el pensamiento de un parto imaginario. No soy consciente de dicha fecundación. No soy consciente de las distintas etapas del embarazo, mas mi mente, aparentemente tiene claro el momento del parto. Realizado en una casa, aparentemente, la mia. En unas condiciones de poca limpieza para el parto. Estaba, en mis sueños, pues sedada. En fin, para no variar. Pero el parto no era fácil. Comenzó, aparentemente, a la media noche. Fue muy difícil. Mucho mas difícil se pondría si yo no despertaba del anonamiento, y me dedicaba a empujar. No tenía fuerzas. Se supone llevaba mucho tiempo sedada. Pero, en mi imaginación, al final nació un niño. Me lo pusieron, imaginativamente, en el cuerpo. Posteriormente, en el pecho. Intenté, como pude, transmitirle todo un sentimiento. Pero alguién se lo llevó de mi lado. Como pude me levanté de aquella cama. No se quería al niño, aparentemente, en aquella casa. Uno de los allí presentes se lo llevó. Sentí que lo perdía. Mas aquella noche hubo, aparentemente, un voto de silencio. Se suponía que yo estaba loca. Nadie hablaría del niño en ningún momento. El niño no había existido nuca y punto... deseé con todas mis fuerzas que fuera a parar a una buena familia, con valores, con ética. Que se le educara con cariño y respeto. Si hubiera otras personas, pues que se le integrara totalmente en la familia. Deseé que estuviera donde estuviera, pues que la felicidad le acompañara en cada momento. Imaginativamente, si el era feliz, pues yo también lo sería.

     Sé que todo este relato es, aparentemente, toda una incongruencia. Pero es así como lo he vivido, lo he sentido, lo he transmitido por todos y cada uno de los poros de mi piel.(a pesar de la incongruencia)

     Actualmente yo soy feliz a mi manera. He conseguido menejar los mapas que guian mi camino. He adquirido fortaleza. He aprendido a navegar en muchos mares. Se la gente que está jungo a mí, que me apoyan, a pesar de tener formas de concevir la vida pues bien diferente. Mi actitud ante la vida, ante el mundo, ante la convivencia, ante la sociedad y las personas que quiero, pues no las cambio por nada. He aprendido a caer y a levantarme. Ello me hace feliz. Se que no estoy sola en esta andadura del camino... ello me hace aún mas feliz. Mil gracias por todos los momentos compartidos y por compartir.

     M.Mercedes Rodríguez Perera

1 comentario:

  1. Un parto a la vida, a la luz, a la necesidad de nacer de nuevo. Hacerte pequeña para entender esa parte de niña que ha quedado algo desmejorada de ti. La luz es la vida. El camino tu persona. Un parto a la existencia del ser. Un parto a la necesidad urgente, y hasta necesaria de ... volver a nacer. ¡Gracias!

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