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miércoles, 1 de abril de 2015

A veces, he tenido una sensación imaginaria de no tener una identidad definida.


  Sabes, a veces, he tenido, imaginativamente, la sensación de no tener identidad. De que el mundo me traga por momentos, de que no soy nadie y hasta de que mi vida no tiene ningún valor.
   Sí, es una sensación muy incómoda y hasta desagradable. Vivir en un mundo sin luz. Ser una marioneta alquilada casi de cualquier truhán. Sin derechos, sin fundamento que sostenga mi vida.
   Vivir, imaginativamente, a una distancia luz del mundo circundante. Aunque tú te encuentres muy cerca de mi persona.
   Una sensación extraña la de ser rescatada. Un rescate nada fácil y sí, muy necesario. Momentos en los cuales casi la luz se me escapa de mis  manos. Entendiendo yo, imaginativamente, que sin identidad el rescate es, prácticamente, todo un imposible.
    Mirando sin ser vista. Observando, sin ser catalogada. Rompiendo normas sin ser consciente que dichas nosmas me afectan. Sí, que formo parte de una sociedad que me corresponda. No es cómodo vivir, imaginativamente, en un mundo sin luz. Rozando la distancia sin poder sentir el contacto directo con terceras personas. Bueno, es verdad, que mi imaginación es bastante caprichosa. Mas no tener identidad debe ser algo realmente desastrozo. Estar en el mundo y no poder moverte en dicho mundo con total y plena libertad. Ser una superviviente en un mundo abstracto. Abstracción que muchas veces me da la vida. Me permite conectar con el mundo. Me permite unir mis hilos a los tuyos en perfecta armonía y conexión. Intentando no alejarme demasiado de la realidad del día a día. De la transparencia de los momentos. Por que vivir sin identidad puede ser toda una locura. ¡Y en el mundo de los locos no todo está dicho ni permitido!

             ¡Caramba, vaya pesadilla!

          M.Mercedes Rodríguez Perera
 

2 comentarios:

  1. A veces, imaginativamente, tengo la sensación de no tener una identidad. Es como si el mundo,ciertos sectores de la sociedad, hicieran de mí lo que en ganas les viniera. Es como si mi libertad fuese un espejo que no consigo romper del todo. Una identidad es todo un tesoro. Te permite ser reconocido. Mas también te permite moverte con total libertad por el mundo. Incluso las relaciones personales, afectivas... tienen otro carisma, otra forma de entenderse. Mas fue un sentimiento imaginario... ¡Caramba, menos mal que no cruzastes el umbral entre la aceptación y el rechazo!

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  2. La identidad, entiendo yo, surge, verdaderamente cuando tienes las ideas claras. Cuando pisas firme en aquello que te interesa. Cuando no pierdes el norte. Por supuesto, cuando tienes unos papeles que acreditan, en todo momento quien eres. Una falta de identidad puede tener lugar, por ejemplo, ante una crisis nerviosa. También, ante experiencias sumamente duras. Mas en una enfermedad mental, o trastorno mental, también se pueden sufrir crisis de identidad. Una identidad definida y confirmada te hace sentir libre. Es un respaldo para seguir hacia delante. Mas, verdaderamente, hay personas que carecen de identidad. Ello es sumamente duro y hasta puede ser toda una total incomprensión social. Una persona sin identidad, entiendo yo que puede ser una persona fácilmente manipulada, degradada, explotada y hasta anulada por completo. ¡Oh, no existe!

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