Momentos cautivados en tu tiempo, quizas, también en el mío. Atrapados en milésimas de segundos por situaciones quizás nada gratas. Mas la vida es un rescate. ¡Y quién no se apunta a un rescate! Y el tic-tac de los momentos mas difíciles se hace presente en el renacer del día a día. En el despertar de los acontecimientos. En la sonrojez de la aurora un tanto despistada.
Y abracé mi alma... quizás, en algunos momentos, ello sea lo mas cercano a mí. Mi propia alma. Aquélla que vive conmigo. Testigo de mis buenos y malos momentos. Compañera ante lo seguro e inseguro. Somnolienta ante mis desaires. ¡Oh, pero qué descaro! Y abrazo tu mirada como camino, como luz, como comprensión en los distintos momentos en el día a día. En las distintas estaciones emocionales que parecen tener vida propia. ¡Oh, pero qué me dices!
Mas a veces has de parar tu propio tiempo. Aquél que parece tangible, cómodo y hasta satisfactorio. Y ser alguién mas cercano, mas realista en los acontecimientos de momentos importantes. Tener los pies en la tierra. Algo difícil para las personas acostumbradas a vivir en un firmamento. A volar muy alto, a sentir el aire rozando su piel.
Mas la vida te conquista. Fabrica comodines que cubren nuestras espaldas. Y a pesar de la distancia, en ocasiones, pues, imaginativamente, siempre estamos cerca. ¡Oh, sobran comentarios!
M.Mercedes Rodríguez Perera
A veces, pueda parecer que nos comemos el mundo en un bocata lleno de muchos y variados ingredientes. En ocasiones nos atragantamos por que nos volvemos egocéntricos. Pensamos que somos capaces de afrontar tormentas de todo tipo. Nos negamos a escuchar, a participar en los momentos del día a día. Olvidamos que, sin un equipo formalizado, difícimente conseguiremos superar las batallas que realmente nos importan. ¡Aquéllas que, verdaderamente, merecen ser ganadas!¡Piénsalo!
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