Aquél que sale espontáneamente.
Qué es dulce, motivador de momentos.
Aquél que te invita a esconderte en las ausencia.¡Oh, pero qué mal rollito!
¡Oh, a veces, parece ser pájaro de mal aguero!
El recuerdo que es historia... pincel en un pergamino.
Y la vida me conquista con tu mirada. ¡Me sorprendes!-eso me gusta-
¡Cómo atrapar tus recuerdos en aquélla cajita de cristal!¡Oh, mágico cristal cuando es dulce...!¡Mas cuando procede de un sentimiento amargo... bien lejos que le quiero!
Mas la vida, en ocasiones, murmura sus recuerdos al viento. Y el tiempo que suele ser bastante avispado en sus adentros, pues comunica que... los recuerdos saldrán cuando tengan que salir. Cuando la esencia personal considere ha de convertirlos en momento presente. ¡Oh, qué angustia!
Mas el recuerdo puede ser muy dulce... liberando contenidos ordenados, cómodos, sin prisas. Agarrando tu mirada... Despertando a la vida con un silbido.
¡Y yo suelo dar las gracias a todo un universo!¡ Pues la soledad ha sido universalmente mi compañera!
¡Claro que nunca fue invitada a formar parte de mis adentros!¡Qué le voy a decir... se cuela en todos mis eventos! ¡A veces, me hace reír, no lo dudo!¡Ello siempre es muy grato!
M.Mercedes Rodríguez Perera
Quizás recuerdos bonitos... gratos sean para todos. Mas hay recuerdos que son pesados. Se vuelven tormentosos un día sí, y el otro también. ¡Oh, caramba, pues que no fastidien!. Un recuerdo desagradable puede mortificar nuestras vidas por un tiempo, aparentemente, infinito. Mas cuando el recuerdo es placentero, cómodo, liberador... pues nos gustaría agarrarlo por tiempo indeterminado. Mas los recuerdos van y vienen. Se cuelan en nuestras vidas, y... a veces, olvidamos que somos nosotros quienes hemos de liberarnos de ellos, o acogerlos en nuestros adentros. ¡La vida quizás sea un contínuo reloj tic-tac!¡Oh, pero qué me dices!
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