Sí, una vida por vivir, por sentir, por camuflar ante todo un universo.
Una vida para cambiar mis canicas por las tuyas. Para alzar la vista al cielo y planear en un as de luz. ¡Oh, fantástico!
Un juguete por armar. Un momento para ser conscientes de aquello que nos une. También lo que nos hace diferentes. Sí, aquello que pueda, tal vez, complementarnos.
Un momento para no mirar nunca mas atrás. Para no quedar atrapados en un pasado enfermizo, torturador...
Un momento para olvidarnos de aquella famosa llave que casi, casi nos lleva al precipicio. Esclavos, en grado sumo, tal vez... de su existencia. ¡Caramba, mal rollito!
Un suspiro para olvidar lo que tanto nos ha hecho sufrir en momentos inquietos, incómodos, de inestabilidad persistente.
Una sonrisa para alimentar un espíritu libre, positivo, lleno de esencias de luz. Un momento para estudiar los tramos mas importantes, mas urgentes del camino. Sí, para tirar pa´lante con orgullo y dignidad.
Un gracias infinito a todas las personas que han querido estar ahí junto a nosotros.
Con la inquietud de aunar fuerzas, hacerlas mas consistentes, mas encaminadas a sus fines.
Gracias a ti por estar junto a mí. Por la vida que se nos manifiesta juntos. Por las puertas que, a veces, se cierran, pero también hay otras muchas que se nos abren. Caminos que se transitan con esperanza, con ilusión, con la alegría del caminante... caminos que se transitan juntos y nunca quedan en un total olvido. Porque la esperanza es una buena herramienta para todo caminante en ruta.
M.Mercedes Rodríguez Perera
Una vida por vivir... muchos momentos para compartir. Caminos, en ocasiones, de difícil acceso. Momentos para reír,para llorar, para emocionarnos. Pero el caminante sabe que no todos los caminos son difíciles de transitar. En equipo el camino toma otra actitud, otra visión del recorrido. ¡Que la luz ilumine tu vida... mas en los momentos de terrible oscuridad, no olvides que hay luz, y que tú has conocido dicha luz!
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