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martes, 28 de abril de 2015

¡Oh, una vida rota!...


   ¡Oh, una vida rota no siempre es consciente de que quiere ser reconstruida! Una vida rota, inconscientemente, te puede estar pidiendo ayuda con su actitud de querer levantarse, alzar el vuelo, contar contigo. No siempre se es consciente del valor que en un momento particular puede tener una vida que necesita compañía, atención, escucha. Mas esa vida que pueda estar, en muchos momentos con una urgente necesidad de acogida, en ocasiones, dichas personas son capaces de llenar nuestros mundos, un tanto despistados, de infinidad de contenidos. Una vida aparentemente rota, desahuciada... puede llenar la vida de las personas que a su lado se encuentran. Evidentemente nadie es perfecto. Mas es en la humildad donde tomamos consciencia de qué pobres podemos llegar a ser como ser humano, y cuanto podemos recibir, llenar nuestras arras un tanto secas, vacías, rotas... pues de aquellas otras personas a las cuales intentamos tender una mano, nuestra colaboración, nuestra propia persona para que intente agarrarse al mundo, al contenido de su propia vida. Mas a veces, y casi sin querer, los papeles se invierten. Conviertiéndose las personas con tantas y tantas necesidades en pozos de agua capaz de regar nuestras vidas, nuestro espacio, nuestro saber estar. La humildad es una herramienta que permite entrar en la vida de otras personas sin llegar a intimidarlas, sin llegar a que dichas personas sientan que su terreno está invadido. La humildad muchas veces es el primer paso... y en ocasiones la actitud para que la puerta permanezca abierta. ¡Oh, pero qué me dices!

Una vida rota puede ser interpretada como una vida ajena así misma. En búsqueda casi constante de salud, de buenas amistades, de reeducación, de afecto... mas una vida rota puede estar desgastada, desorientada, dividida en mil pedazos irrecuperables. Hay vidas rotas que desconocen estar rotas, no son conscientes de su verdadero estado. Claro que, hay vidas rotas que arrastran hasta un infinito y mucho mas. Por lo que se hace imprescindible saber llegar, saber entrar en esa vida de miedos, de infiernos, de penumbras infinitas y no quedar atrapados/as en esa situación tan difícil, tan inaccesible en ocasiones. Mas la vida es una conquista. Así, pues, merece la pena intentarlo. ¡Suerte!

     M.Mercedes Rodríguez Perera

1 comentario:

  1. Una vida rota pueda quizás dar la impresión que si te acercas demasiado a sus contenidos derrotadores pues como que pueden ahogarnos, inundarnos de su dolor y caer, de alguna manera, en su propio pozo. Mas hay vidas rotas que cuando observan la ayuda, colaboración de terceras personas, pues se llenan de luz, de una sabiduría a veces, impresionante, se convierten en personas colaboradoras. Tú le has enseñado el camino... mas esa persona tal vez, se ha levantado, y te ha enseñado a ti, a muchas otras personas como tú, las joyas vivenciales de toda una vida, de todos sus momentos. Pueden invertirse, por un momento, los papeles y un silencio común, llenar la sala. ¡Oh, ha amanecido!

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