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sábado, 12 de abril de 2014

Siempre quise tener hijos...


   Siempre quise tener hijos. Soñaba con tener una familia numerosa y tener la actitud de educarles en una familia estable. Pensaba que un hombre llegaría a mi vida. No sería una familia perfecta por que la perfección no existe ni en los cuentos de hadas. Pero sí una familia unida en lo bueno y en lo malo, en las contrariedades. Pensé, idealicé, que la comunicación, la escucha, el día a día, superaría muchísimos obstáculos y nosotros, nuestro equipo particular y universal, estaría ahí dándonos la fuerza suficiente para crecer con salud, armonía, libertad bien entendida. Pensé que dicha familia, un tanto idealizada, me daría la fuerza suficiente para salir casi de cualquier tormenta. Tengo una capacidad innata para entrar en el mundo de los niños, en sus preocupaciones, en aquellas cosas que ellos/as dan una importancia infinita, en sus problemas, en su dolor... entendí que ellos/as serían un trampolín para salir de situaciones  incómodas. Siempre miré su horizonte como una tabla salvavidas. Ellos/as han dado la luz a mi vida, a mi corazón, a mis esperanzas... mas necesito relacionarme con otras personas, otras formas de entender el mundo, la vida, personas con sentido del humor, personas de otras culturas... los peques estarían siempre en mi corazón. Aquella primera sonrisa que se propagó mas allá de todo un universo estelar.

      Pero mi vida quedó totalmente bloqueada, anulada, desajustada . Era incapaz de entender nada de lo que se me decía. Mi memoria era muy escueta. Quería volar pero no tenía alas. Quería respirar pero... casi nadie me hacía caso. Se me ignoraba, se me trataba como una imbécil. Mi corazón emocional, pacional, dejó de sentirse fuerte ante tanto desperecio, abandono... se apagó de tal forma que mi esfuerzo por la vida se hizo casi un imposible continuar hacia adelante. Luego vieneron las tentativas de suicido como única vía aparente para salir a flote. Quería descansar, mi cuerpo no aguantaba mas un desaire, una burla ironizada, ser marioneta alquilada un poco de todos... y dejé de respirar. Fue superior a mí. Lo intenté, bien sabe dios que lo intenté, mas tenía que dejar de sufrir...

         Mas imaginativamente, mi dios particular, me dijo: "Como mismo has venido te vas". Tienes que luchar por reconquistar tu vida, tu mundo, tu libertad. Tienes una vida que yo no te voy a robar. Tienes mucha gente que te quiere, que les gustaría formar parte de tu vida. Y esos niños a los que tanto dices amas, tinenen que ver en ti, un ejemplo de fortaleza y de agradecimiento hacia ellos. Tienes muchas cosas que hacer. Así, pues, ni una sola bobería más.¡Caramba con dios, y eso que éramos amigos!

              Imaginativamente le di las gracias a dios. Ni siquiera sabía exactamente de lo que me estaba hablando. Mas en aquel estado de inconsciencia pasaron muchas cosas... y yo volví a la vida. GRACIAS.

         M.Mercedes Rodríguez Perera

1 comentario:

  1. Es verdad que siempre quise tener hijos. Es verdad, que no los voy a tener ahora con cuarenta y nueve años. Mas esa deuda pendiente... en fin, soy capaz de amar la vida, de entusiasmarme. A veces me invade la soledad. Quizás tenga mucho que redescubrir en mi mundo particular. A veces siento que hay deudas pendientes. Mas siento, igualmente, que soy inocente. Sin voz ni voto poco se puede hacer. Hace falta un todo terreno militar para allanar camino empedrados.

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