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viernes, 27 de junio de 2014

Unas tijeras...


   Sí, unas tijeras para recortar bonitos momentos, encuentros imborrables en el espacio. Sí, entre tu mirada y  mi espera.
   Para recortar bonitos dibujos y pegarlos en un cielo universal, donde la distancia entre distintos mundos no sea ni tan grande, ni tan dramática, ni tan fría, ni tan hermética.
   Para recortar bonitas sonrisas y pegarlas en un cielo memorable. Sí, un busca- busca universo. Para que la sonrisa de los niños/as no tenga fecha de caducidad y sea una imagen de aprendizaje, cariño y respeto hacia todos nosotros.
  Para recortar aquellas situaciones que puedan envolvernos de forma asfixiante en un túnel sin salida. Y pegar en ellas fuentes infinitas de mil mas un colores.
     Procurando no dejar escapar el murmullo del mar, ni la picardía del, a veces, trastión viento.
     Recortar un sol inmenso donde todos nos percatemos del brillo de una mirada y del latir de un ansiado corazón(tal vez, el tuyo y el mío), donde quizás la vida se nos haga un poquito mas presente y mas auténtica. Donde el trabajo comunitario sea todo un ejemplo de solidaridad y crecimiento personal, grupal...

        Puesto que, vivir demasiado tiempo en un infierno, no es nada agradable. Además, te puede dejar exhausto/a. Teniendo siempre presente que el calor de un abrazo y la ternura de una presencia nos pueden llevar a un inminente y necesario despertar.¡Gracias!

    M.Mercedes Rodríguez Perera     27/06/14

2 comentarios:

  1. A veces, casi sin querer, pues podemos rodearnos de infinidad de cosas con la intención, exclusiva, de ser felices. De buscar la felicidad donde, para muchos de nosotros es todo un infinito prohibitivo. Sin ser del todo conscientes, como la sonrisa de nuestros hijos, un paseo por la playa, un bonito amanecer, pues no cuestán un centavo y pueden llenar nuestras vidas de una gran satisfacción, llenarlas de vida, llenarlas de mucha luz...

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  2. La capacidad de pensar, de crear, de manifestarnos... y muchos otros talentos,quizás no descubiertos en nuestra persona, pueden ser un un auténtico manantial de vida, de necesidad, incluso de agradecimiento a todo un universo. En el engranaje de nuestro motor- vida participamos todos. Ser conscientes de que compartir un poquito de lo nuestro puede hacer grande a muchas personas... y tal vez, esas personas con su actitud, con su disposición, con su saber hacer, pues nos pueden ayudar a nosotros también.Ello puede llenar nuestras vidas, a veces oscurecidas, de un mar de luz. Casi sin percatarnos de ello...

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