miércoles, 20 de agosto de 2014
Entre la luna y el sol.
Entre la luna y el sol. Entre la dulzura de una piel y la transparencia de un alma algo hueca.
Porque la verdad puede doler hasta la cima de una montaña y mucho mas.
Mas cuan necesaria es la verdad en tiempos de guerra, para encontrar la paz.
Y tu mirada se alzó al viento. Y la distancia fue un encuentro. Y allí permaneció la verdad entre las ausencias y los transeúntes que caminan, a veces, sin un rumbo fijo. Sí, con la mirada perdida, en busca, tal vez, de un encuentro. De una vida en su camino.De un despertar en los momentos.
Y la verdad se hizo transparente. Y el camino bastante transitable.
Mas en la búsqueda está el encuentro.
Y en el encuentro... la verdad de los hechos.
¿Y la despedida?...
_¡Pues, quedó en suspense!
¡Caramba, qué osadía!
M.Mercedes Rodríguez Perera
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Pueda tal vez parecer que una guerra es todo un conflicto sin razón. Pueda parecer que no haya una finalidad de alcanzar la paz, de conciliar relaciones. La guerra y la paz puedan parecer, quizás, enemigos íntimos. Mas a veces es necesario entender que hay guerras que, aunque suenen a lo mas incómodo e injusto posibles, pues pueden paliar los abusos de poder entre naciones, la necesidad de justificar y marcar un territorio.Incluso al poner unos límites necesarios, quizás nos inviten a reconciliarnos con nosotros mismos, y con los otros. Quizás, quizás, quizás...
ResponderEliminarA veces, tal vez, se olvidan los afectos. Elementos estos muy necesarios en todo ser vivo. Quizás se practican sin devoción alguna. Simplemente con la finalidad de que no te lo hechen en cara. Y a veces, una actitud olvidadiza y continuada de afecto, pueda dar lugar a la ruptura por desgaste en muchas relaciones. Quizás reinventarse sea una nueva táctica. Tal vez, ser nosotros mismos y cuidar lo que tenemos, lo que queremos, lo que podamos necesitar. ¡No es bueno dejarlo todo en el olvido, quizás en un mañana que parece no llegar nunca!
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