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viernes, 15 de agosto de 2014

Un nacimiento, una idea, una esperanza en mitad de un camino... una despedida y un encuentro


   Un niño que nace en mitad de una noche fría. Una idea que busca ser luz, camino adecuado para hacerse presente, para manifestarse.
    Un parto imaginario muy, pero que muy doloroso. En pésimas condiciones sanitarias. Imaginado en una casa familiar, en una habitación muy frecuentada.
    Un mundo de incomprensiones, de soledades infinitas, de búsqueda insesante de luz, por una necesidad urgente de supervivencia.
    Un nacimiento de una esperanza en muchos momentos injustos, sin razón de ser. Alguién que te roba esa idea tuya. Nacida de tu persona, creada por ti, con la ilusión de ser compartida... Aquella que te hizo abrir los ojos, quizás por primera vez en tu vida. La idea de un nacimiento que se cuela en tu persona. No has sido consciente de su fecundación. Ni siquiera recuerdas haber sido consciente de las distintas etapas de gestación de una vida. Quizás fuese la idea agradable, siendo muy joven, de llegar a ser madre. Pero a veces las cosas se truncan y te quedas sin ser partícipe de una maternidad muy pero que muy deseada.
    Un niño que se desvanece en la madrugada.Sin tu ser consciente de ese bonito momento. Tal vez tu mente, tu cuerpo permaneciera de forma inconsciente en una casi total sedación. Rota por un nacimiento, imaginativo, no esperado, mas si deseado (cosas de la mente). Alguién acerca a ese niño un instante a tu cuerpo. Quieres comunicarle tantas cosas... mas en mitad de un sentimiento alguién, aparentemente, te lo arrebata. Imaginativamente, te levantas de tu cama e intentas buscarle. Mas alguién da la ordén de llevárselo de la casa. La confusión llega realmente a tu mente. Es una noche fría, oscura. Nunca has sido consciente de un embarazo. Mas sí de estar en una situación continúa de sedación. Todo pasa muy rápidamente. Nadie habla de ese niño. Nadie sabe que ese niño haya existido alguna vez. Se cierran todas las puertas hacia ese ser recién nacido. Solo queda callar, como aparentemente, todos lo hacen. No hay preguntas. Tampoco tengo intención de entrar en un siquiátrico por hablar mas de la cuenta. Se cierran las bocas, los sentimientos, las emociones y nadie sabe nada. Qizás en mi imaginación si que hubieron testigos de dicho alumbramiento. Mas cuando los cuerdos hablan... a los locos no nos queda otra opción que callar y tirar pa´lante. El tiempo pone un velo en tu cuerpo y en tu mente. Crees realmente que ha sido una pesadilla de muy mal gusto. Es realmente increíble llevar un niño dentro de ti y no enterarte de nada hasta que... llega el alumbramiento super doloroso de ese niño. En condiciones realmente lamentables. Un niño que mi familia, en genral, pensó que estaba de más. Quizás se le hizo un favor a ese niño llevándole a otro lugar. Quizás, imaginativamente, pues pienso en una familia que lo quisiera por ser como era, que lo amara incondicionalmente, que lo educara en valores, que se preocupara por su educación y salud, que le hicera feliz, a ser posible, muy feliz. Por que imaginativamente, en nuestro aparente hogar, no hubiera conseguido lograr nada de ello. No hubiera sido feliz. Cuando quieres a alguien infinitamente, aunque no le conozcas, pues buscas lo mejor para esa persona. Quizás en ello radica el verdadero amor, el mas auténtico, aquel que merece ser apostado, integrado, manifestado, vivido.
     No sé si habrá otras personas que hayan pasado por esta experiencia. Mas he de reconocer que el mero hecho de sentirme madre, aunque fuese imaginativamente, pues me ha dado muchísima fuerza para apostar por la vida, por la felicidad, por el carácter adecuado y colocado en su respectivo sitio, con el cual se consiguen grandes cosas.
    Te preguntarás por que hablo de un niño y no de una niña. Bueno, imaginativamente, una de las personas asistentes al parto, comentó que era un niño. ¡Si es que me pasa cada cosa... que ni de película!
     Realmente pienso que todo ello es una fantasía, una imaginación un tanto traviesa. Es imposible que toda la familia, pienso yo, cerrara las puertas a tal realidad!¡Y yo igual de calladita, que los centros mentales no me gustan mucho!

        M.Mercedes Rodríguez Perera   15/08/14

1 comentario:

  1. Pienso que un naciemiento es algo muy bonito. Yo nunca he sido madre. Nunca he tenido consciencia de ser madre. Mas a través de los niños yo he recuperado una parte de mi infancia rota, destrozada por el dolor y las incongruencias. Los niños, sin ser conscientes para nada de ello, han conseguido integrarme en su grupo, aceptarme, contar conmigo para muchas cosas. Y yo, he podido seguir avanzando en otras etapas de mi vida. ¡Gracias corazones!

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