Y busqué el alma en...

   Y busqué el alma en la esencia particular de tu mirada. Mas sentí que se ahogaba en el día a día de mi despertar, de mi pasotismo, de mi falta de confianza conmigo misma y los otros. Yo entiendo por alma pues el motor vida de mi persona. Aquél que despierta conmigo de buen humor, o de un humor desordenado. La luz que veo en tu mirada cuando no quieres, o no te atreves a ser del todo claro conmigo. Llamo alma al murmullo del mar cuando a veces le visito. Transmitiéndome éste su ronroneo que calma muchos momentos de ansiedad, de dudas ortográficas en el alma un tanto ausente y un mucho particular.

    ¡Y el alma!...

Tu sonrisa coqueta y traviesa.
La mirada curiosa y hasta preguntona de un niño/a.
Cuando mi sensibilidad se encunetra a flor de piel... pues el motor vida, alma, me da algún toque personal para que no me duerma y me hace entender, a su manera, pues que estoy viva.
    El alma inquieta, cuando recibo una sorpresa inesperada y no sé si reír o llorar de la emoción, del entusiasmo.¡Qué pocas cosas se necesitan a veces para ser inmensamente feliz!

    ¿El alma?

 Un despertar instintivo y a su vez mecánico que te hace ver las cosas con una cierta claridad. Sí, a persar de algunas tormentas inesperadas. Es decir, algún que otro contratiempo que hace aguas en un momento particular. ¡Oh, bingo!.

    Pero...
Me tengo que agarrar a  un interior fuerte. Sí, para que mi vida tenga un sentido positivo.
Me tengo que enganchar a tu barco de papel algo olvidadizo.

    Si careciera de alma, pues la inventaría como motor que se ha de poner en marcha para que exista un importante equilibrio en el universo y en mi persona.

      Sí, inventaría, imaginativamente, pues un alma fuerte y sensible, honesta y divertida, disciplinada y con momentos de recreo. Inventaría un alma llena de luz para que los problemas tengan solución, para que la gente fuese feliz. Para que nunca olvidemos el concepto equipo y complementariedad. Gracias.

       M.Mercedes Rodríguez Perera    3/08/14