Sí, de las diferencias entre mi casa y la tuya. Las diferencias entre nosotros a la hora de resolver un proflema, una metáfora, unas cuantas incógnitas...
Huir del muro sería quizás, una forma de llevar nos el muro a cuesta.¡Pero que le pasa a ese muro!.Cargarlo quizás a tus espaldas por un tiempo no siempre señalizado. ¡Oh, mal rollito!
Mas vivir es la meta. Intentando conseguir nuestros objetivos, allanar nuestros caminos, compartir lo bueno, la amargo, lo dulce, lo agrío... una forma de alimentar nuestra necesidad en momentos bajos.
Quizás haya algunos momenos que sean recorridos a ciegas. ¡Oh, no te extrañe!Mas ese momento de incertidumbre quizás sea una forma pausada para encontrar otro tipo de momentos mas gratos, mas cómodos, necesariamente... accesibles.
Quizás un momento puntual de reflexión nos ayude a visualizar lo bueno de todo lo que está en nuestro interior, proyectarlo hacia un mundo donde tal vez, las respuestas a nuestros interrogantes no sean tan cerradas, abrasivas, incómodas.
Buscando, tal vez, momentos de libertad, de paz interior, de respeto, de saber estar, de puesta en marcha, de objetivos claros.
No siempre la respuesta ante nuestras dudas, nuestros momentos incómodos, de incertidumbre, pues pueda estar al alcance de nuestras manos. Pero el camino andando se hace. Un día sin quizás la existencia de un antes ni un después, pues surjan respuestas. Sin buscarlas, sin esperarlas... siendo arrieros de nuestros momentos. Vividores de una vida, transmisores de una experiecia, compartiendo, en un momento particular, quizás un mismo camino.Estableciendose algo de paz en el camino. Momentos, éstos, necesarios, importantes. Mas todo llega si ha de llegar. La vida es un mar de sorpresas y un mar de incógnitas. La esperanza es la puerta a multitud de preguntas. Ser andantes de caminos facilita en grado sumo la llegada a la meta.
M.Mercedes Rodríguez Perera
Cuando la situación que nos envuelve es sumamente difícil, complicada, un tanto abrupta, pues el atravesar el muro nos puede parecer infranqueable. Todo un imposible. En este caso yo hablo de un muro mental, sicólogico. Muchas veces, difícil de transitar. Por prejuicios, por ejemplo, por comodidad (nos negamos aceptar todo tipo de respuestas adecuadas al camino). Un día amanece y sin saber el cómo y el por qué, tu gran muro ha desaparecido. Aprendiendo a vivir el día a día. El momento presente. Ante todo es importante sentir vida y transmitir vida. ¡Ah, y no hacer demasiadas preguntas!
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