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domingo, 1 de junio de 2014
Quizás la dirección del viento...
Quizás la dirección del viento no siempre esté de nuestro lado...
Brisas cómodas, airosas, señoriales, que se paran para reconfortar con su esencia el bienestar de muchos mortales. Mas a veces, hay tormentas que: ¡"Aguita"!. Sí, por que a ver quién se acerca a ellas... colocando, cuando les viene en gana, frenos de caballo. A ver a quién se le ocurre hablarle de dulces momentos, de complacientes veladas...Pues parecen descargar toda su furia contra el transeúnte. ¡Abráse visto semejante osadía!...
Dichas tormentas parecen descargar, casi sin querer, todo su potencial sobre algún que otro pensante, sin ánimo, por supuesto, de dañar el estado anímico que puede subir en exceso su mal, pero que mal rollo. Las tormentas emocionales, afectivas, pues necesitan, en muchos momentos, ser toreadas por profesionales en mentes particuclares. A veces, se requiere de la avidez de un buen barendillero. Quizás un hipnotizador de momentos angustiosos.
Porque al igual que una tormenta atmósferica puede dejar en desahucio casi todo lo que abraza... pues una tormenta emocional quizás pueda cerrar aquella úncia ventana emocional donde se percibia algo de luz.
Pero la vida ha de tener en cuenta que tanto las tormentas afectivas, emocionales o de un mal rollo, que parece no encontrar su lugar en una partida de parchís... pues solo son tormentas que ahí se quedan y no han de ir a más. Por supuesto, se ha de emerger a la velocidad de un rayo o con la astucia de un buen despertar.
M.Mercedes Rodríguez Perera 1/06/14
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¡Tormentas en la vida!... puedo entender por tormentas, pues todas aquellas situaciones que no nos son gratas. O tal vez, nos saquen de nuestras casillas. Las tormentas pueden ser atmosféricas. Mas hay que ver como se pone dicha atmósfera, cuando las amistades, compañeros... pues casi sin querrer, perdemos o podemos perder los papeles. ( es decir, que perdemos el control de ciertas situaciones), Mas no es cuestión de castigarse tanto... en fin, somos humanos.
ResponderEliminarLa cálida templanza de una mirada y un control, a veces, difíci, de situaciones un tanto inesperadas, pues puede hacer que vayamos ganando batallas. Muchas veces, sin ser conscientes de ello. Mas puede ser francamente gratificante para ambas partes, puesto que, las tormentas se pueden desvanecer en un instante. Casi en un abrir y cerrar de ojos. Claro que, todo ello lleva su práctica, su dedicación.
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