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miércoles, 2 de julio de 2014

Aquél economato...


  Economato cuando tu persona puede quedar reducida a un eslabón muy inferior al que tu perteneces por méritos propios.
   Economato cuando pensastes que mis sentimientos bien valían un centavo. Mas quedastes anomadado ante la grandeza de mis obras y  mi actitud ante la vida.
     Hay personas que se consideran acreedores de momentos ajenos. Momentos que tratan de burlar con tácticas no del todo evaluables. Ni capaces de rozar lo ético.
    Quizás existan aquellas personas que piensan nunca han roto un plato. Sin ser del todo conscientes que, la actitud deudora también puede venir en un frasco pequeño con múltiples esencias. Mas este frasco puede quedar hecho añicos por los debatares de la vida y ocupar un lugar nada preferente en un cubo de basura. Sí, sin posibilidad alguna de rescate.
   Pero la vida tiene sus buenos momenntos y también algunos bastante agríos. Momentos donde cometemos algunos errores fuera de contexto y donde aprender a pedir perdón, si la ocasión lo requiere, pues sería todo un acto de humildad y grandeza interior.
     A veces, caminamos a oscuras. Otras, nos puede deslumbrar la luz de un incipiente amanecer.
Hay momentos en los cuales...
     ...la oscuridad y la luz parecen encontrarse. Casi como que se entremezclan.
        Probablemente sea ahí donde circulen las dudas... y donde aparezcan los encuentros.

   M.Mercedes Rodríguez Perera   2/07/14

2 comentarios:

  1. Yo no puedo considerarme acreedor de un bien ajeno y adornarlo con muchas titulaciones que, tal vez, dejen endeudada la credibilidad de los hechos, o tal vez, la transparencia en los contenidos.Y la verdad es que hay personas que se creen con derecho a invadir lo ajeno. Vamos, que se lo creen bien creído. Ni que estuviesen interpretando un papel y tú, casi como que tienes que realizar una retirada forzoza... ¡Abrase visto!... ante la aparente grandeza de los argumentos.

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  2. Digamos que los trapicheos, el juego sucio, la trampa descarada, el robo que muchos justifican no intencionados... pienso que cuando entras en esta madeja por causas diversas, te resultará difícil entender o desconectar de todas estas situaciones que, lejos de transparentar verdad... parecen situarte en un saco a hurtadillas donde el escondite es tu casa, tu mansión, tus propias mentiras.... salir puede ser muy difícil. Quizás el morbo de caer en el hurto ajeno te pueda resultar divertido. Mas cuando tu vida se transforme en toda una mentira... pues a ver que árbol es capaz de cobijarte.

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