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miércoles, 30 de julio de 2014

Quizás haya cambiado tu mirada.


   Y busqué tu mirada mas allá del infinito. Anduve desiertos inhóspitos, frondosas praderas, abruptas montañas.
   Quise descubrir tu esencia más elemental. Aquella que siempre te acompañaba. Quise ahondar en tus sentimientos, rozar tu afectividad a flor de piel.
    Busqué en otras personas el aroma de una vida, el descanso en una noche atormentada.
         Mas no te encontré...
-¿No la encontrastes?
     -Pues no, no la encontré y mira que tanto y tanto la busqué.
_¿No será que estabas buscando tu propia mirada en ojos ajenos, en despertares diferentes, no vinculantes con la realidad del día a día?
¿Por qué lo dices?
    _Pues porque no podías estar mas perdido. A veces, buscamos en los otros lo que realmente necesitamos. Lo que desearíamos formase parte de nuestra vida, nuestro propio mundo interior. Pero mirar nuestro interior nos pueda resultar algo incómodo. Trabajar nuestras carencias pueda resultar bastante fastidioso, , incluso alarmante... Mas la búsqueda es difícil que continúe hasta que te metas en tu interior y conozcas tus adentros. Sin miedos, sin falsas alarmas, con confianza, con honestidad, con fortaleza... en el fondo, aunque pueda parecer pura contradicción, pues es nuestro interior con quien mas conectamos sin ser conscientes de ello.Viaja en nuestros recorridos, asesora nuestra imagen. Persuasivo, a veces... mas te lleves bien o mal con tu interior, el nunca te va a fallar. Estáis destinados a estar juntos. Sí, en lo bueno, en lo malo, en lo absurdo, en lo trascendental...
    _¡Oh, caramba!¡Desconocía que estuviese tan custodiado!¡Cosas de la vida!

    En una búsqueda obsesiva es imposible encontrar algo en concreto. En una mente enferma que da órdenes sin son ni son... pues resulta imposible encontrar la calma, entenderse con tu mundo inerior y con el exterior. La mente se puede volver muy caprichosa, y tú, servidor de sus mandatos.¡ Oh, caramba con semejante gobernanta!

     Las situaciones mas elementales, mas gratas, mas complacientes, pues pueden aparecer en nuestra vida por sorpresa. Quizás son recibidas a patadas, como elementos intrusos. Mas a veces tu felicidad pueda depender en gran medida en que dichos invitados, un tanto intrusoso, sean bien recibidos. Por que a veces, gracias a ciertos visitantes en nuestro bunque mental, nuestra vida puede volver a tener sentido, a reír, a ser felices... Ojo, pues, que tipo de intrusos  entra en tu vida y con que intenciones.

         M.Mercedes Rodríguez Perera   30/07/14

2 comentarios:

  1. Muchas veces juzgamos a las personas por una simple mirada. Por una imágen que poco o nada nos comunica de su forma de ser, de sus inquietudes, de su personalidad, de sus necesidades. Juzgamos por que estamos acostumbrados a ser juzgados. Mas es importante conocer a la persona, entrar en sus adentros, escucharlas, dialogar, dejar que su persona fluya con naturalidad en una aptitud de conocernos. Lo que realmente te llena, te hace feliz, no es una mera apariencia en continuos cambios. Lo realmente importante, pienso yo, pues es cuando esa persona te conmueve positiva o negativamente, te hace reír, te hace reflexionar. Es ahí cuando la mirada se muestra tal cual es. Y tú también.

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  2. A veces se precisa tocar fondo. Salir a la superficie con una mayor o menor facilidad, pues para que uno se posicione. Valore lo que realmente llena su vida, la siente de forma satisfactoria. Puede ocurrir, y de hecho ocurre muchas veces, que una caída física o sicológica te convierta en un ser irreconocible, malvado, egoísta, exigente, destructivo... claro que pensando yo, a veces se puede hacer por que dicha persona está totalmente derrotado/a, y busca la compasión como medio de carnaza humana. ¡Pueden ser verdaderos carnívoros¡¡Oh, sálvese quien pueda!, pues yo me mando a mudar.

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