Aprendiendo a ser, a saber estar...

   Aprender puede resultar inmensamente fácil . Quizás super difícil. A lo mejor ello se deba a nuestras habilidades particulares en dichas materias. Nuestras ganas de conocer distintas formas en el aprendizaje de temas diversos.¡Uf!...
      Pienso que habilidades tenemos todos. Quizás no todas las habilidades sean valoradas de igual forma.
                Aprendo  cuando escucho.
                Aprendo cuando hablo.
                Aprendo cuando observo.
               Aprendo cuando leo.
               Aprendo cuando no voy de sabiondo por la vida.
               Aprendo cuando colaboro en un proyecto quizás importante.
               Aprendo cuando yo te miro y tú me sonríes.
               Aprendo cuando me manifiesto tal y como soy, conquistando quizás parte de todo un universo. ¡Oh, pero qué difícil!

    A veces, pues te apetece mostrar tu trabajo a otras personas, para mostrar ciertas hablilidades que sientes no has de ocultar. Algunas de estas personas pueden ver en tu talento un filón de oro pero superior. Montan un quiosco, quizás para despistar, y no ocultan ser lobos feroces a merced de su presa. Pueden invadir tu territorio casi sin que tú seas consciente de ello. Tal vez hayan creado un saco lleno de proyectos, de ambiciones que solo se mantienen, y de vez en cuando, suspendidas en el aire. Quizás hambrientos por el deseo de comerse el mundo de un solo bocado. Mas el mundo pasa sus facturas. Quizás a veces, a destiempo.Tal vez estas personas muestran un descaro y un hambre de comer lo ajeno de forma descomunal. Mas cuando abres los ojos, la realidad es bien distinta. Y el que anda de tropezón en tropezón, pues mas de una caída se ha de dar. Los temas hay que saberlos defender de mil formas diferentes. Aprobar la asignatura, quizás con una nota alta. Un exámen mediocre jamás superaría una prueba de gran creatividad. Quizás estas personas hambrientas de la comida de otros/as, pues se dejan llevar por una actitud de descaro incorregible, mas otra actitud de talante  sirvenguenza. ¡Oh, pues que los toree el viento!.

        M.Mercedes Rodríguez Perera   16/07/14