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lunes, 21 de julio de 2014

Y la vida...


   Y la vida comienza un día de tantos en los que intento dar respuestas a una serie de situaciones, aparentemente límites...
   Vivir de apariencias era una ley de máxima prioridad, entiendo yo, en el ambiente donde me crié. Aparentemente aislada, no-deseada, castigada casi de forma compulsiva. Puede ser que los castigos fuesen físicos y sicológicos. Aparentemente con la misma, ambos, intensidad brutal.Se combinaban ambos castigos, de forma que el dolor, en aquella edad tan temprana, fuese límite. Imposible delimitar cual de los dos tipos de castigos eran mas dolorosos.Aquella situación, casi rozaba la locura, el descontrol de una situación que jamás debió tener cabida. Menos aún, jamás debió ir a más en el tiempo.Se podía quizás entender, que aquella familia no era la tuya. Tanta discriminación y tanta diferencia a la hora de impartir castigos, realmente abusivos, era incomprensible... debía existir una explicación para tanto rechazo descarado, y tanta forma de indicar que eras un cero a la izquierda. Sin derechos, sin intención de que fueras integrada en aquella familia donde el mutismo rozaba la obediencia casi suprema hacia el patriarca.Quizás se hicera la vista gorda ante tanto castigo, probablemente dirigido a una niña débil, inquieta, asustada, incómoda en aquél ambiente que ni entendía, ni aceptaba, ni tenía por que ocurrir. Encima a alguien se le ocurre dar le la vuelta a la tortilla, a la situación, y se le acusa, a esta persona inocente, que tantas veces fue circo de ironías, de agresiones de todo tipo, indefensa... pues se la acusa de motivadora de dichas situaciones. Como si la niña, la adolescente... provocaran el que se la castigara de dicha forma tan brutal. ¡Tendré que contar los clavos de Cristo!.
     Busqué como mecanismo de defensa pues refugiarme en mis dibujos, por cierto, hace poco me enteré que los dibujos que hago pue son contemporáneos. Me refugié también en la musica, en largas caminatas. Me escribía cartas dirigidas a mi (en fin, cosas de la vida).Entendí que la mejor forma de vivir en aquel, aparentemente modelo familiar, pues era mantenerme al márgen. No había relación con la mayoría de los miembros de dicha familia. Sí,ello no se me permitía. Tuve que aceptarlo así. Fue un mal menor. Pero los castigos físicos, a pesar de que se suspendieron con la edad, pues no ocurrió lo mismos con los sicológicos, afectivos, emocionales, sensitivos... Un día no puede mas. No fue suficiente agarrarme a mis talentos, mis hobbys para salir a flolte. Busqué el suicidio como forma de encontrar la paz, un camino de descanso, de no sufrimiento, de no agonía. Verdaderamente, ya no podía mas. Tampoco podía demostrar tales hecos. Así pues todas mis cartas estaban en contra mía. Intenté suicidarme dos veces mas. Siempre con la intención de descansar, de encontrar paz, de huir de una familia y una sociedad que me resultaba super difícil adaptarme. A veces, resulta peligroso tener tanta memoria. Quizás mas peligroso sea que mi familia fuese una tumba. Tal vez las pruebas se borraron con una famila que limpia su imagen con buenas formas, con una actitud teatral donde ellos mismos se creen unos personajes y una actitud a pesar de lo mucho que puedan tener de ficticios.
     Evidentemente, ahora estoy en una etapa diferente. He aprendido amar la vida, a tener paciencia. Estoy intentando aprender a olvidar. Sé que es difícil. Soy consciente que el tiempo pasa, que he de luchar por trabajar todos mis talentos. Sé que este trabajo, mis dibujos contemporáneos, mi mundo, mi vida pues me pertenecen. Los comparto con vosotros y otras personas porque me gusta, me llena de satisfacción. Reconozco que salud mental ha tenido un lugar importantísimo en mi vida, en mi espacio, en mi tiempo. Les estoy sumamente agradecida por haber estado ahí ne multitud de momentos difíciles. Ahora toca olvidar el horror de tanta guerra. Por lo menos aprender a vivir con todo ello. La supervivencia no es fácil. Mas es necesaria en todo tipo de eventos. Ahora sé que si me caigo me podré levantar. Unas veces, sola. Otras, con ayuda. El pasado puede ser una constante agonía y puede parar tu tiempo, tus ilusiones... puede frenar el camino hacia la felicidad que tanto nos merecemos. Bueno, estoy en el camino... espero seguir siendo merecedora de vuestra ayuda, confianza y colaboración.

           Mil gracias a todos por estar ahí

      M.Mercedes Rodríguez Perera   21/07/14

   

3 comentarios:

  1. El horror de una guerra puede ser abarcada por experiencias duras, injustas en momentos puntuales de nuestra vida. Claro está que el infierno-recuerdo,de nuestras mentes, puede prolongarlo en un tiempo infinito capaz de destruir nuestra vida.Nuestros momentos presente.Nuestro derecho a ser felices. Entiendo que olvidar puede ser muy difícil. Mas injusto será arruinar todo lo que te queda de vida. A veces no depende de nosotros. ¡Pues pide ayuda!

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  2. Arrastrar un saco de experiencias ingratas puede resultar francamente difícil y arriesgado. Ese saco puede centrar toda tu atención, y quizás robarte una vida que te mereces, que es tuya por derecho propio. A lo mejor ya los demás lo han olvidado. Trabajar, estar al otro lado de la balanza, es algo dificil. Mas es toda una necesidad de supervivencia. Si otros lo han conseguido tu también puedes. Si necesitas ayuda pues ello bien merece un paso adelante aunque no estemos en ningún cuartel.

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  3. ¡Ojo!, contar las cosas está bien. Mas no permitas que te tomen por mentiroso/a. Si lo has vivido, si lo has contado... sigue una ruta diferente, llenáte de autoestima.Comparte, que es una forma excelente de ser feliz. Si no te creen, pues no importa.Lo has contado y punto. Ahora te toca vivir, mostrar tus caminos a los señores andantes. Sonreírle a la vida. Tener la suerte de compartir tu mundo con personas que te agradan y estén interesados en ti. Si conquistas la vida... ella te regalará su mejor sonrisa. ¡Oh, qué cosas...!

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