Algunos tesoros entre tanta ruina

  Un tesoro... pues un abrazo espontáneo lleno de mucho contenido. Un abrazo que se da por necesidad. Por cariño, por que te apetece sentir un abrazo. Sí, que llegue con la misma gratitud o necesidad con la cual tú lo transmites.

    Oh, algunas ruinas...

      Yo puede en muchos momentos sentir que mi vida era toda una ruina. Aparentemente carente de afecto y con multitud de necesidades, casi sin cubrir. Luego descubro a los mas pequeños de mi familia. Que se acercan a verme, que me invitan a entrar en sus juegos, en su mundo de fantasía, de ilusiones, de diversión. Sin preocupaciones, aparentemente, por nada de lo que surja en su exterior. Me invitan a dibujar, a colorear sus dibujos. Y casi sin querer un valle de lágrimas surcan mis mejillas. Y me digo a mí misma: ¡Oh, pero esto existe!

   Luego empiezo aprender de los niños/as. A descubrir su mundo, a interezarme por sus preocupaciones. Y empiezo a sonreír como una niña grande que se le hace un huequecito para formar parte de su grupo tan particular...

     Entendí que tenía que romper con la niña, aparentemente rota, con la que mi cuerpo aparentemente había vivido, y nacer a la vida de un niño/a normal. Que busca quizás los abrazos mas cercanos y mas comunicativos. Una niña que pueda integrarse en el grupo de otros niños sin tener la sensación de estar de más, de forma, quizás molesta, en cualquier grupo.

    ¡Oh, los niños...! un tesoro infinito que tardé en descubrir y que tanto, tanto, tanto llenaron mi vida, mi mundo mas particular y, aparentemente, mas encesitado. ¡Oh, una mirada al viento!¡Mi amado viento, mi ansiada libertad!

      Una vez y han quedado cubiertas las necesidades básicas por que aprendes lo que necesitas para entender que una niña/o no debe ser, supuestamente, castigados de forma casi permanente. Los miedos, aparentemente van desaparenciendo. Siempre queda algún que otro residuo, mas sabes que los vas a superar. Puesto que entiendes que, pase lo que pase, has aprendido que te vas agarrar a la vida. A la gente que te quiere, que te respeta. Que gusta de estar contigo.

  Sí, y tu vida puede dar un  giro de tres cientos grados. Intentando agarrarte una y mil veces, a la fuerza, a la energía de la vida. Cuando te agarras a esta fuerza interior e inmensa, tu vida puede cambiar positivamente.Piensa que todos tenemos vida, capacidad y derecho a vivir nuestra vida, nuestros momentos. Sean estos positivos o negativos. Bah, un bache lo tiene cualquiera. Mas siempre hay respuestos en aquellos lugares menos esperados.

    La primera vez que di un abrazo de corazón, de sentimiento, con fortaleza... pues se lo di a mi abuela. Ella no se lo esperaba, mas se quedó encantada. Cada vez que entraba a su casa, o ella a la mía, pues ya sabía que el abrazo ocuparía nuestro primer contacto en la comunicación. ¡La adoraba! Ella me enseñó a trabajar lo mejor de mi misma. Sé que su fortaleza está en mi corazón de forma positiva. Entiendo que cuando compartes lo mejor de ti, pues recibes lo mejor de otras personas. Y tu interior puede quedar lleno de una alegría, fortaleza, sabiduría infinita.

      He aprendido amar basándome en personas que me han querido, y me quieren tal y como soy. Por supuesto, he tenido que romper muros infinitamente gruesos que me tenían algo mas que asfixiada. También le he tenido que comunicar al miedo que no se esté rondando por mis adentros.

    Aspiro a ser feliz. Sé que tengo derecho. Sé que me lo merezco. Entre todos intentemos construir un mundo mas humano, mas habitable y, casi sin querer, tu vida te hará sentir feliz, comodo, muy bien contigo mismo. Pero procura no olvidar que es en el grupo donde se encuentra la fortaleza y donde, verdaderamente, se avanza con seguridad en los entramados caminos de una vida. ¡Gracias!

       M.Mercedes Rodríguez Perera