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sábado, 18 de octubre de 2014

Hay de esas mentes que deambulan sin un antes ni un después


   Me refiero a la enfermedad mental. A salud mental que trata de corregir la ortografia de nuestras mentes un tanto desajustadas. Es difícil aceptar que tienes un trastorno mental, o, tal vez, una de tantas enfermedades mentales ajustadas a encilclopeidas, tal vez, particulares de la mente. Quizás la barrera mas difícil de atravesar, pues sea la barrera social. Aquellas personas que se consideran normales, perfectos en grado sumo, aptos para trabajar y cotizar. Sintiéndose muchas de estas personas superiores, de alguna manera e injustamente, a muchos de nosotros. El mundo de la locura es un mundo difícil de definir. Quizás sea fácil de conocer,de interpretar, por los mecánicos de la mente. Mentes, algunas de ellas prodigiosas, que resulta difícil, o  puede resultar muy difícil, hilvanar sus ideas, sus fuentes, su forma tan particular de llegar a su mundo.

    Resulta muy  importante la integración del enfermo mental en sociedad. El desprecio, la agresión sin causa por parte de una sociedad catalogada, a veces, injustamente, de perfecta hace, en determinadas ocasiones, que el enfermo mental se separe físicamente, emocionalmente, de los famonosos todopoderosos, catalotados, en muchos casos, como normales...

   Lo que intento decir es que es sumamente importante que cada persona, en la medida de lo posible, pues viva su vida. Se relacione con personas que las acepten, que las integren en sus grupos. Ser uno mismo es vivir la autenticidad desde un ámbito personal y luego comunicarla a la parte del mundo que está interesada en ella. Yo no puedo, según mis criterios personales, negar que soy bipolar. Tampoco quiero hacerlo, puesto  que es la bipolaridad quien me identifica, quien ha logrado conseguir lo mejor de mi misma. Yo digo que soy bipolar como quién dice que tiene una gripe. La bipolaridad forma parte de mi ser, de mi organismo, en general, de mi forma de entender el mundo, de mi manera de familiarizarme. Hace muchísimo tiempo que la tengo como amiga particular y cercana. Claro que, cuando hay descompensaciones... haber quién la mente a viaje. Pero estamos unidas y es  imposible vivir la una sin la otra. Ello ha hecho que yo me acepte a mi misma y seleccione con quien quiero realcionarme y con quien no me apetece hacerlo.

      Mil gracias por estar ahí. Mil gracias también a Salud Mental, por hacer de nuestras vidas, en mucos casos, todo un paraíso.

    Atentamente:

        M.Mercedes Rodríguez Perera

1 comentario:

  1. Se castiga muchas veces, en ocasiones, injustamente, al enfermo mental. Mas cuando alguna persona de tu familia, o tal vez alguién que quieres mucho, se le diagnonstica una enfermedad mental, pues tu como que te desinflas, te puedes llegar a hunidir. Tanto tiempo intentando marcar distancia,por ejemplo, entre enfermos mentales y tu persona, y lo que son las cosas, puedes tener en tu propia casa una persona diagnosticada de enfermedad mental. Mirarte por primera vez, en un espejo desconocido, el sabor y el dolor de una situación ni grata ni aceptada. Por favor, seamos todos mas humanos, menos segregaciones que... el pan que se comparte en una misma mesa puede abarcar, distintas mesas en distintos momentos.

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