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miércoles, 8 de octubre de 2014

Quiero dar las gracias, honestamente...


   Quiero agradecer, honestamente, a todas aquellas personas que han estado conmigo, junto a mí, en momentos francamente difíciles. Momentos en los que muchos se retiraron de forma que pudo llegar a ser, en algunos momentos, pues bastante agresiva. Me refiero a las personas que salen de tu vida sin decirte adiós. Que olvidan por completo tu nombre, tu lugar de encuentro, tu dirección... lo hacen con una frialdad capaz de helar un alma sensible.

         También, en contrapartida, he encontrado personas maravillosas que se han acercado a mí interesándose por como circulaba mi vida. Con palabras de ánimo, de ayuda, de consuelo. Personas muy cercanas. Algunas de ellas, que no eran tan próximas a mí, han mostrado multitud de muestras de cercanía, cariño, de apoyo personal. Han sabido transmitirme, en distintos momentos, como una palabra, un gesto de cariño, una actitud de apoyo puede hacer maravillas en la salud de una persona.

      Yo me considero una persona sumamente agradecida.  Hay detalles que el alma no olvida. Y que la mirada agradece con total afirmación. Porque en la ruleta- vida circulamos, de alguna menera, todos nosotros. Yo he podido estar en momentos francamente difíciles. Incluso rozando el desahucio. Agradecer a personas de todas las edades que me han hecho, por momentos, entender que se pueden conseguir grandes cosas con pequeños gestos. Mas nada comparado con la cercanía, el apoyo, la autenticidad de todas aquellas personas que, realmente quieren estar a tu lado, junto a ti.

     No tengo palabras para transmitir, argumentar, como ciertas personas han hecho que yo cambie el chip en mi forma de pensar, de sentir, de manifestarme. Por momentos han hecho que desaparezcan nubarrones de tormentas, consiguiendo bellos amaneceres en mi vida. Aceptarte tal y como eres, con tus momentos buenos y tus bordes momentos es una medicación excelente para el alma. Por supuesto, cuando la medicación médica se hace precisa, pues hay que tener la muy en cuenta. Estamos hablando, por supuesto, de profesionales que saben lo que hacen y por que lo hacen. Mi apoyo, en general, a la medicina y a los profesionales de la salud. Entendiendo que son, cuando la necesidad lo precisa, verdaderos motores de vida, de bienestar, de puesta en marcha. Muchísimas gracias, también a todos ellos, puesto que me habéis dado muchísima vida. Se que a veces, me he puesto un poco protestona. Pero que sepáis que a puesto por vosotros/as de forma incondicional. Y que tento una fe plena y absoluta en la medicación. Mil gracias por estar ahí, por haberme ayudado en el camino un tanto complejo de mi  atormentada vida.

     Entiendo yo que, las gracias hay que saberlas dar. Como también es muy importante aprender, saber recibirlas.

      M.Mercedes Rodríguez Perera

1 comentario:

  1. Hay personas que les puede costar muchísimo dar las gracias. Pienso que las gracias no es un síntoma de estar o situararse en un nivel inferior. Para mí dar las gracias es estar agradecida a alguien por que en algún momento me ha hecho feliz. Me ha hecho sentir cómoda, muy bien. Yo me siento estupenda cuando doy las gracias a alguien por algún detalle que haya tenido conmigo. Pienso que las gracias hay que saber las dar. Por supuesto, también es importante saber recibir. Con la misma consideración con la cual pienso se comunican.

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