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jueves, 23 de octubre de 2014

Que poco se suelen perdonar las caidas...


   Qué poco se suelen perdonar las caídas sobre todo si perteneces a cierto sector, ejemplo, enfermos mentales, donde volver a confiar puede costar estar de penitente, pagando ni sabes cuantas facturas, ante semejante resbalón. Yo reconozco que, en muchos momentos me he visto bloqueada, aturdida, por ciertas informaciones, por cierta forma de entender mi propio mundo. Mas muchísima gente es incapaz de perdonarte uno, dos o los resbalones que necesitas para poder tocar tierra firme y no ver a nadie ni a quilómetros de distancia. Entiendo que me cuesta reaccionar. Mas si las personas que me conocen se quedan con la primera impresión, pues seguro que cuando charlan conmigo estarán pensando, quizás, en llevar un carrito imaginario, para que no vuelva a tener nunca mas un resbalón. Claro que ellos, dentro de su gran cotizada normalidad, pueden tener todos los resvalones que el mal tiempo les pueda ocasionar. Sigo pensando que se habla mucho de integración, compensación, igualdad de derechos. Mas pocos son los que bajan la guardia y creen firmemente en tus criterios, en tu madurez. En el hecho de que puedas estar preparada para afrontar muchos conflictos que no hubieras imaginado ni por asomo. El san benito quizás nos lo coloquen a todos en algún momento de nuestras vidas. Pero cuando estas dentro del circulo salud mental, pues pueda dar la impresión que salir de ahí es casi pecaminoso. Por que se suele ver un peligro todo lo que no lleve, para nosotros, una protección absoluta. Casi del cien por cien. Bueno, no todos resvalamos en la misma piedra, ni tenemos las mismas consecuencias ante tan resbalón. Claro que, hay ojos que se ciegan aunque, aparentemente, parezcan la mar de abiertos. ¡La vida, que a veces es así de incómoda, quizás, algo injusta!

       M.Mercedes Rodríguez Perera

2 comentarios:

  1. Considero cierto, desde mi punto de vista, pues que en el campo de salud mental, sin ánimo de ofender, pues se nos protege demasiado. Casi todo lo que se nos ocurre pensar o realizar(si se sale de ciertos baremos) se puede considerar como algo alarmante, peligroso, SOS. Pero somos personas que no debemos estar tan super protegisdas. Por que la integración, entiendo yo, implica alzar el vuelo. Y si una persona desea estar integrada y asumir todo lo que ello conlleva, pienso se le debe permitir. No podemos estar con una mentalidad retrógrada y pensar que somos la mar de modernos, tolerantes y actualizadores. Claro, que eso suele pesar, principalemnte, a las personas que padecemos el peso, la presión, de no dejarnos, aparentemente, formar parte del mundo real. Con sus mas y sus menos. El que se considere libre de toda culpa... que mire un instante el camino recorrido. Seguro que tiene algo que comentar.

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  2. La realización personal es muy importante. Yo no puedo estar pataleando contra el trato, en algunos casos, al enfermo mental, por que con ese comportamiento estaría perjudicandome muchísimo a mí misma. Tengo que actuar siendo yo misma, superando obstáculos. Aprendiendo de mí y de otras personas. Sacando partido a mi trabajo personal y grupal. Sobre todo teniendo en cuenta los objetivos que quiero alcanzar, y que, en determinados momentos de reflexión voy a encontrarme conmigo misma. Mi persona dice mucho de mí. El respeto es importantísimo. Sin respeto, la escala de valores puede caer de forma vertiginosa. No olvidemos que los pasos aprendidos son, o pueden llegar a ser, nuestras señales positivas de identidad. ¡Ah, y que la vida reparta suerte!

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