Domingo y María

     Domingo y María son dos personajes ficticios que inventé de adolescente. Mi capacidad  de comunicación rozaba casi el cero y practicamente nadie imaginaba que a través de mis escritos, de mis particulares cartas, pues yo conectaba poco a poco con mi mundo interior y con el exterior. Pero a mí me gusta ser realmente cercana en mis escritos por los que inventé dos personajes ficticios: Domingo y María. Sí, dos personajes imaginarios que hacian una delicia mis escritos. Unas veces me ponía en le papel de María y otras, pues en el papel de Domingo. Para mí fue muy positivo crear estos dos personajes ficticios por que mi capacidad para comunicarme, imaginativamente con ellos, pues era realmente tremenda. Siempre supe que eran personajes ficticios. Quizás la escasez de visitas de personas que pensaba cercanas amí... pues en un momento crítico de mi vida... pues ocasionó esta relación de estos dos personajes ya que,  para inventivas que me llamen. Cuando la situación se vuelve realmente crítica poquísimas persona se acuerdan de que tu existes y formaste parte de su grupo. Cruzar una calle y subir al piso en el cual vivía, pues me daba la impresión de que era algo tormentoso para  muchas personas consideradas amigos/as, y compañeros/as. Bah, ahí se sabe realemnte cuando descubres quién es quién en el terreno del verdadero amigo/a.También los que se cuelgan cuando les llega una necesidad personal. Sin embargo, una vez vino a visitarme una chica que apenas recordaba. Era una chica que venía hacerme una visita por que hacía mucho tiempo no me veía. Realmente me emocioné. Jamás pensé  que a esa chica se le ourriría pisar mi casa. Mas si que se le ocurrió y me fue muy agradable dicho momento. La vida a veces nos sorprende, por eso, a mí me gusta ser agradecida con la vida.

     Pues yo hablaba con Domingo y María como si los conociera de toda la vida. Les contaba mis problemas, mis momentos difíciles, angustisoso y como al estar imaginativamente con ellos mi situación personal se hacía mas llevadera, mas ilusionada... los adoraba. Les contaba casi cualquier cosa. Los consideraba verdaderos terapeutas en mi vida personal. Mi interior para ellos era todo un espejo. Sacar todo ese dolor, angustia, incomprensión, vacío.... teniéndoles a ellos en mi imaginación pues era todo un privilegios para mí. Si te dijera que hablaba de multitud de temas con ellos, aun a sabiendas que yo fabriqué esos personajes según fuera mi necesidad, pues quizás te resultaría difícil entenderlo.

       Un día ellos desaparecieron de mi espacio personal, de mi imaginación, de mi necesdad de comunicación. Yo no los despedí, ellos simplemente ya no estaban. Quizás fue entonces cuando mejor era mi capacidad para contar historias, transmitir sentimientos, llegar a un alma rota, herida de dolor, mutilada emocionalmente. Quizás ya era capaz de desenvolverme en este mundo con cierta soltura, quizás de alguna manera yo entendí  que dicha terapia había terminado por que mi mundo era capaz de ser expreado con cierta habilidad. Mas no he de olvidar los gratos momentos en los que escribía pensando en dichos personajes ficticios.

      Dicen que hay momentos, circunstancias, experiencias que se nos van sin despedirse. Quizás intuyan, de alguna manera, que de alguna forma su cometido ha terminado.¡Bueno, no lo sé...!

      M.Mercedes Rodríguez Perera