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jueves, 23 de octubre de 2014

El paso del tiempo con sus altos, sus bajos, sus turbulencias... y de fondo, el camino.


   Tal vez puedas pensar que el amanecer cambia el aroma de tus sentimientos. Que borra los momentos de bajona. Momentos algo incómodos. Tu mente, tal vez, no desea estar atrapada en retahílas de todo un pasado, al cual, sinceramente, no te apetece seguir unida. Realmente te gustaría, necesitas con urgencia, pasar página.
     Pero la vida es algo caprichosa. A veces, niña. Otras, mujer. Mas hay momentos involuntarios donde puedes patinar y perder casi por completo todos tus papeles. ¡Oh, vaya faena!. Piensas que ante semejante patinazo se puede romper toda la esencia de tu ser. Mas solo lo piensas un instante. Luego recuerdas que hace muchísimo tiempo has aprendido a esquivar, con cierta destreza, las zonas algo resvaladizas de tu vida. Quizás lo olvidas por que no sueles hacer memoria de tan grato avance. Aprender de uno mismo es realmente gratificante. Aprender de los otros es toda una filosofía aun por asimilar, descubrir, tomar en serio...
      Quizás en algunos momentos podamos comentar, entender de alguna manera, que somos fieles espejos de otras personas. Que la esencia mas natural e intrinseca, tal vez, pueda, en un momento particular ser la misma. Por ejemplo, cuando nos reímos de las mismas cosas, con la misma intención, y casi,casi al mismo tiempo. Por ejemplo, cuando contemplamos un dibujo que nos gusta, o un amanecer, y sabemos que es casi exactamente lo que está sintiendo la otra persona. Digamos que es una forma particular de sincronizar. Esto no quiere decir que no tengamos una personalidad propia, fuerte, definida, madura, que nos caracteriza. Donde cada uno sabe quien es quien y hasta donde puede llegar. Pero es bonito, agradable, que en momentos particulares tengas la grata sensación de sincronizar con terceras personas.
     Tal vez, sea en el don de la comunicación donde se desenreda una medeja, un tanto particular, donde a veces podamos quedar atrapados. El esfuerzo personal y grupal, en este aspecto, puede hacer verdaderas maravillas. Ya que nos permite desenredar tal madeja interior y conectar con el mundo de forma satisfactoria. La liberación al desenredar la madeja nos invita a disfrutar de lo que nos rodea con total libertad, comodidad personal. Entendiendo por madeja mental, pues aquellas situaciones que no sabemos, exactamente, el por que se van complicando, se van haciendo mas difíciles de dar respuestas, y de alguna manera nos pueden hacer sentir, que somos prisioneros, particulares, de nosotros mismos. Mas la madeja es mental y, puede que, nuestra mente tenga respuesta para casi todo tipo de problemas. La intención de solucionar un conflicto es un excelente camino para conseguir nuestros propósitos. Repasar lecciones aprendidas es vital.

     M.Mercedes Rodríguez Perera

1 comentario:

  1. ¡Cuántas madejas habremos desenredado de nuestras mentes casi sin ser conscientes de ello! Quizás el hecho de pensar demasiado las cosas nos puede llevar a convertir un grano de arena en una montaña inmensa. Con esto no quiero quitar importancia a problemas verdaderamente serios que casi, casi nadie pondría la mano en el fuego por ellos. Claro que, tampoco es cuestión de ver una casa ardiendo y quedar inmune ante tal siniestro. Mas me reafirmo en decir que la vida está llena de contrastes. Los problemas vistos desde fuera no son tan grandes, ni tampoco tan complicados. Claro que pensar, soñar, descansar, anidar en un problema que haces tuyo, muy personal, pues realmente puede parecer un infinito. Si te bajas de ese pedestal quizás le veas, incluso, mas de una respuesta. En fin, cosas que tiene la vida. Afrontar un problema sea quizás la mejor forma de solucionarlo.

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