La despedida de un ser que se va definitivamente. ¡Necesitas tanto, tanto, tanto, estar ahí, junto a dicha persona... Pides permiso, con anterioridad, para dar a entender que te gustaría estar con él/ella, compartir esos momentos que aunque únicos, pues puede resultar difícil o muy difícil compartir. Persona con la que hablas todas las semanas. Nos contamos cosas, unas cómicas. Otras, mas serias. Pero entiendes que hay muy buena conexión entre ti y la otra persona. Esperas el momento de la cita como aguita de mayo. No es bueno, esperar sentada a que una persona a la cual quieres muchísimo, pues se muera. Te comunicas con el/ella, con el mayor tacto posible, con la mayor delicadeza que hay en tu haber. Lo haces desde la sencillez y desde la permisividad. Son momentos personales, que a mi me llenan. Hay un recorrido variado por aquellas etapas que la otra persona le apetece compartir contigo. Tu vida se llena de una gran calma, de una gran paz interior. Evidentemente, no deseas que dicha persona muera. Mas sus días pueden estar contado. Te has llenado de tanta paz, de tanto conocimiento de la otra persona. Te ha transmitido tanta sabiduría de su esencia mas particular... cuando ésta persona muere, evidentemente, sientes dolor. Mas te has llenado de tantas cosas que tú no esperabas. Te ha regalado tantos momentos felices que, casi inconscientemente, le das las gracias. Solo la persona que ha partido y tú, entienden, realmente, el por qué de esas gracias. Y algo muy dentro de ti ha ocupado su energía, su fortaleza, su conmoción. Algo de el/ella vive ahora en ti de forma diferente. Desde la fortaleza, desde el perdón, desde la comprensión... una fuerza llena tu corazón, tu persona y, sabes que, de alguna manera, ella estará ahí por siempre.
M.Mercedes Rodríguez Perera
Despedirse de una persona que sabes se va a morir es realmente muy fuerte. A veces, no somos conscientes de la gran necesidad que tiene la otra persona de que tú, otras personas, pues estén ahí, a su lado. Se comentan tantas cosas. Se llenan tantos sacos de esperanza, de ilusión. Cuesta muchísimo partir, por lo que a veces, pueda resultar urgente, que esa vida casi al borde de la muerte, se despida. Entiendo que para muchísimas personas, estar ahí en dichos momentos, pues es todo un imposible. No lo pueden soportar. Se niegan aceptar una realidad que tarde o temprano también nos invadira a nosotros. Quizás sea lo desconocido lo que mas abrume al ser humano.
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