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jueves, 15 de enero de 2015

¡Cosas que pasan! Mas a veces no son frutos del azar.


Cuando era pequeña, y de mayor también, me costaba horrores entender lo que leía en los libros. He pasado por situaciones, que entiendo son pasadas y están muy asimiladas, pues en los que me sentí puro desahucio fisico, emocional, afectivo... sin embargo, aprendí a ser positiva. No solo por estar cerca de mí, en algunos momentos, pues personas con un engranaje vital impresionante. Personas que te ponían ejemplos suyos o ajenos llenos de una sabiduría increíble. Mas se supone que debemos optar, desde pequeños, pues por carreras brillantes. A ser posible que tengan buen futuro asegurando. Es decir, que nos aseguren el futuro.  Mas yo ni siquiera pisaba los talones de esas carreras que garantizarían tu futuro de vida. Siempre sentí que ese no era mi camino. Que yo no me sentía con el talento para estar unida a los libros un día sí y el otro también...
     Mas cosas de la vida y como he comentado en diversas ocasiones, yo poseía la capacidad para contarme cosas, para reír en algunos escritos que me hacía a mí misma cuando las tormentas de todo tipo rozaban mi persona. A través de mis escritos yo procuraba dar un sentido, una luz a una vida muchas veces rota. Esa capacidad de superación, de coraje, de fuerza interior era algo único, personal, auténtico en mi mente. Tenía facilidad para dar respuestas a posibles desahucios afectivos. A veces, escribía para troncharme de risa. En otras ocasiones, me llamaba la atención por ciertos comportamientos nada adecuados. A veces, le escribía a mi dios particular. Siempre con una actitud de escribir a la vida y para la vida. Para mí esta capacidad de comunciación conmigo misma y los otros, era super importante. Pensé que cualquier persona podía hacer lo que yo hacía. Sí, por que a  mí no me costaba ningún trabajo. Era  un juego muy divertido y terapéutico para mí. Me divertía lo que escribia. Claro que entre tanta asignatura en los distintos niveles que he cursado... tanto resvalón en los exámenes, pues a penas tenía tiempo para dedicarle a este hobby. Luego entendí que no todo el mundo tenía la actitud, la capacidad, la facilidad para usar el lenguaje y contenidos como yo los hacía. Y me sentí, realmente, premiada por la vida.

      M.Mercedes Rodríguez Perera

1 comentario:

  1. A veces podemos tener delante de nuestros propios ojos, pues aquello que nos hace feliz, que nos alimenta, que ocupa nuestros hobbys. Mas no somos conscientes que nuestro futuro puede estar muy bien encaminado por dicho trabajo. Muchas veces, son terceras personas las que descubren nuestros dones, nuestros talentos en determinados campos. ¡Si te es posible sigue tus sueños!

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