A la vida, a los momentos, a nuestras diferencias.
Aquellos momentos que se nos puedan presentar encontradizos.
Echándole un pulso a la justicia, al buen hacer de muchas personas. A la solidaridad en el día a día.
Echándole un pulso a los compromisos que, verdaderamente, valgan la pena.
Y la vida sigue sus caminos...
Hay momentos en los que nos perdemos con cierta facilidad. ¡Caramba, ojito con los momentos!
Tal vez me despistara tu mirada, la manera en que trabajas tu forma de entender el fondo-forma.
Bueno, quizás me despisté... hay situaciones que me distraen con muchísima facilidad. ¡Oh, recupera el norte que te pierdes!.
Mas la vida llegó a mis sentidos. Activó mi cuerpo, mi mente... toda mi persona.
Y aunque no lo tenía del todo claro yo le di las gracias.
Quizás dicha vida siempre estuvo dentro de mí... mas yo nunca fui consciente de ella. Hoy si que lo soy, y mi vida ahora es diferente. Mas para llegar a manifestar mi interior y dar a sus contenidos un giro de trescientos sesenta y cinco grados, pues tuve que vivir, en ocasiones, verdaderos infiernos. Momentos de tormenta total y absoluta.
Mas a día de hoy, entiendo que puedo contarlo. Con entereza, con saber estar, con fuerza interior y con vuestra confianza. Mil gracias.
M.Mercedes Rodríguez Perera
Probablemente, la familia en la cual vivimos. La forma de ser educados. Las responsabilidades adquiridas... marquen nuestras vidas. Mas en el fondo, muy en el fondo no hemos de olvidarnos de nosotros mismos. Seguir aquél camino que sentimos nos hará feliz. Hay personas que no arriesgan nada permaneciendo en una vida monótona, cotidiana... Otras personas lo arriesgan el todo por el todo. Unas veces, se gana. En ocasiones se pierde. Claro que, la experiencia ha de ser inolvidable. El camino personal muy pocas veces está establecido. Encontrar tu camino es un tesoro de valor no calculado. Mas merece la pena encontrarlo.
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