Una escalera imaginaria

   ¡Oh, sí, para subir al cielo y ver a mi amigo dios imaginario!

   ¡Sabes, estaba un tanto pensativo y un tanto ausente!¡Se le habrá perdido algo!

   ¡Bueno, pues espero no molestar!... Aunque a veces, alboroto todo su mundo.

 

        Yo pienso que le gusto porque a él, supuestamente, le encanta sonreírle a la vida. ¡Caramba, que casualidad!

         Coincidimos en que ambos somos muy filosóficos.... tal vez, el sea un poquito mas pasato que yo.

          Le he preguntado, supuestamente, si se ha cansado de tocar en tantas y tantas puertas que parecen no abrirse nunca.

      ¡Oh, me ahorro su mirada y su expresión!¡Ojo, que mi intención no era bacilarle, faltaría mas!.

         ¡Caramba, solo era curisidad!¡En fin, una forma mas de entrar en materia!

         ¡Claro que, como yo suelo hacerle casi siempre las mismas preguntas... pues...!

    Mejor me cojo las escaleras ficticias, ahora que mi dios imaginario anda algo despistado, y voy bajando al golpito.

       ¡Vale, algo pesada si que me he puesto, mas es que a veces, la curisidad me puede!

   ¡Bueno, pues hasta mejor ocasión, que el tiempo hay que saber buscarlo y saber emplearlo!

         M.Mercedes Rodríguez Perera