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domingo, 25 de enero de 2015

El dulce olvido


   Porque el recuerdo de aquélla despedida dejó en mí un dulce sabor.
   Los recuerdos que salen de un cajón particular, de algunos detalles peculiares.
   Un olvido sin deudas en el presente momento. Puesto que es necesario aprender a recordar, a olvidar y hasta despedirse.
    No hay un dolor agudizante por que la balanza emocional se inclina hacia los momentos gratos, divertidos, cómodos y hasta satisfactorios.
    Aún en la lejanía de tanta distancia, te siento cerca de mí.
    En el latir de mi corazón y en la ruta del caminante estas tú.
Mas es un sentimiento de satisfacción personal, de despedida grata, de cercania saludable, de búsqueda y encuentro bien avenidos. Sí, allí donde yo vaya... allí estarás tú.
   
     M.Mercedes Rodríguez Perera

2 comentarios:

  1. A veces, nos cuesta olvidar, e incluso separarnos de personas que queremos mucho. El recuerdo ha de viajar en nuestra persona como si de todo un universo se tratara. El recuerdo hacia ciertas personas puede ser dulce por que, tal vez, los momentos compartidos fueron realmente magistrales. Mas la vida sigue y un recuerdo que alimente nuestro camino es casi un presente que se manifiesta como toda una necesidad. ¡Pues bien recibido sea!...

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  2. El dulce olvido... No siempre que olvidamos lo hacemos por capricho. Muchas veces, es el respeto, el cariño, la admiración que sientes hacia determinadas personas que sientes la necesidad casi obligatoria de no despedirte. Entiendo que dichas pesonas no lo comprendan, les cuesta asimilarlo. Mas tu sabes que no puedes pretender que dichas personas a las cuales puedes querer muchísimo, te sigan a un verdadero infierno, a un mundo sin luz, a una incomprensión de tu persona que puede rozar el infinito. Entiendes de infiernos por que, probablemente hayas vivido en muchos de ellos. Y entiendes que unas veces a flote, y otras a ras del suelo... pues sabrás como manejarlos, como hacerte hueco en dicho infierno. No se te pasa ni por la cabeza comentar dichos momentos a nadie. No es traición... es protección saludable de una buen relación que, en caso contrario se hubiera ido al garete. Claro que hoy por hoy he cambiado muchísimo de actitud. Y la ayuda que se me pueda dar me parece genial.

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