Sí, una cajita pequeña donde guardo mi vida, mi alma y mi ser.
Momentos de reveldía por que no conseguía acertar, adecuadamente, con amigos de verdad ¡Y vaya si me la jugarón al carecer yo, de mecanismos de defensa y alerta para detectarlos a tiempo! Mas dichos malos rollos también me siervieron para aprender lecciones magistrales. Guardo en la cajita aquellos momentos en los que aprendía a sonreír, a respirar adecuadamente, a mirar en mi interior y... sorpresa, sorpresa... había vida, luz, encanto y unas ganas inmensas de luchar cuando algo me tocaba muy, pero que muy hondo.
Guardo en dicha caja los momentos en que me acerqué a la vida por primera vez. Escribiendo instintivamente momentos divertidos y hasta tristones de mi ser. Intentando que en cada texto hubiese un camino transitable. Una esperanza que acompaña, y tu persona capaz de hacer volar un sueño, conquistar otros mundos... aterrizar en tierra firme.
Gracias a todos los seguidores de mi blog, La vida, por permitirme acercarme a vuestras personas. Por transmitirme que los momentos de angustiosa soledad se pueden superar, se pueden vencer cuando, de alguna manera, las personas que te quieren se hacen presente y te echan una mano ante una posible incomprensión de momentos, ante una soledad que cuesta mucho romper. Hacer de ella castillos de arena para, posteriormente, jugar en la playa. ¡Oh, cuanto tiempo... ya casi lo había olvidado!
M.Mercedes Rodríguez Perera
¡Oh, cómo pueden caber tantas cosas en una cajita pequeña!¡Oh, pues ni te imaginas!... En una cajita pequeña puede caber toda una vida. Y, ojo, sin empujarse los momentos. Sin sonrojeces atrevidas. En una caja pequeña cabe una frase capaz de llenar miles de librios. Caba un regalo inesperado que iluminó tu sonrisa. ¡Oh, también caben tus secretos! ¡Caramba, pero si se puede cerrar!... Bueno, como decírtelo, lo mejor de mí pues... prefiero que lata en mi corazón.
ResponderEliminar