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miércoles, 25 de marzo de 2015

¡Caramba con el deambular de la vida!...


  La vida es un momento vivido... también momentos por vivir. Disfrutar de cada momento, sobre todo si los momentos son gratos, satisfactorios... pues ello constituye un tesoro sin igual.
    La vida te conquista cuando te resulta atractiva, novedosa y hasta inquietante...
    La vida tiene sus momentos... mas un momento infinito puede resultarnos un mal momento. Porque el cansancio en el camino se puede asentuar bastante...¡Así, pues a coger un atajo!
     La espera ante acontecimientos que deseamos sean favorables no siempre está del todo trazada. ¡Oh, inquietante búsqueda!
   Quizás avanzar hacia delante sea cuestión de poner todos un poquito de nuestra parte, de nuestro cariño, nuestro saber estar... Y no olvidar que el camino se recorre con mayor firmeza si nos sentimos arropados por un grupo de personas que forman parte de todo un equipo.
    La vida no siempre te dará una respuesta a primera vista... ¡Oh, mal rollito! Mas a veces, se hace necesario adentrarnos en aquellos senderos vida que necesitamos, anhelamos conocer, profundizar en ellos.
    La persona, en ocasiones es cambiante, emocionante, dudosa, interesante, atravesada... cada persona es un mundo. Mas en un mundo todo o casi todo podemos esperar.
    Quizás la vida la formamos un poquito entre todos. Es en la generosidad de todos y cada uno de nosotros, donde, probablemente, encontramos muchas respuestas.
     Mas el caminante va dejando su huella, su dolor, su cansancio, sus momentos alegres y hasta divertidos... Esto ayuda en la orientación y respuesta ante nuevos caminantes en ruta. ¡Oh, buen rollito!

      Un caminante en ruta siempre espera llegar a su meta. Independientemente de la respuesta que va a encontrar. Un largo camino necesita una respuesta. A veces se puede intuir dicha respuesta, ello depende de la actitud, forma de ser, forma de pensar, de andar por la vida de la persona errante... mas siempre se espera una respuesta que ha de ser ansiada y necesaria.

     M.Mercedes Rodríguez Perera

1 comentario:

  1. Cuando se realiza una ruta, normalmente, se espera llegar a una meta. Unos objetivos que podemos puntualizar como prioritarios. Mas el cansancio, el agotamiento, la tardanza, la incomprensión de ciertos acontecimientos... pudeden, evidentemente, hacer mella en el camino y en el caminante. Nos vale una actitud positiva. Un equipo bien formado con ganas y fortaleza para ayudar, animar al compañero. No se sabe exactamente que encontraremos al final del camino. Mas el camino realizado y una meta conseguida bien merecen toda una aprobación. ¡Suerte!

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