¡Hola dios, dónte te habías metido!
_¡Bueno, tú siempre sabes donde encontrarme!
Habito en las personas que creen en mí. Independientemente de que practiquen ningún tipo de doctrina. Habito en los buenos sentimientos, en las dudas, en la disponibilidad, habito en la necesidad y hasta en los bonitos encuentros. ¡Oh, también habito en ti, lo sabes!
Hay momentos en los que me siento grande. Sí, cuando hay paz, comprensión, amor bien entendido, libertad bien canalizada y que sea todo un alimento universal. Habito en el compartir...
A veces, estoy algo serio, pensativo y hasta inquieto.... mas hay momentos en los que soy muy feliz, me siento cómodo conmigo mismo. Tu sabes... cuando las cosas salen bien.
_ ¿Y tú qué haces aquí?
_Bueno, llevo un tiempo buscándaote. No es fácil encontrarte... Quizás haya demasiados corazones herméticamente cerrados. Bueno, tal vez...
_¿Sabes, dios, me han pescado!
_¡Te han pescado!
No será un príncipe azul
_Bueno, mas bien un príncipe pirata.
_ ¡Pero qué me dices, niña!
_¡Pues sí, lo ha hecho desde su barco pirata!
_ ¿Cómo ha sido?
_ ¡Pues en uno de tantos y tantos despistes que yo tengo en mi debe y en mi haber!
_¡Oh,mal rollito!
_¿Y qué piensas hacer!
_¡Pues bueno, tengo algunas amistades que espero me hechen una mano!
_¡Quizás ese príncipe pirata imaginó que tengo mis arcas a rebosar, y... las únicas arcas que tengo a revosar son un corazón latiendo, una actitud positiva ante la vida, una sonrisa contagiosa, el ser buena persona, un espíritu de superación, una actitud de adaptabilidad a las circunstancias y al medio.
_¿Sabes?... Me gustaría saber si este príncipe pirata hizo un mal uso de sus cálculos algebraicos.... por que mis arcas en dicho sentido están vacias.
_ ¡Sabes, ante todo voy a ser feliz!
_ ¡Y el tesoro!
_¿El tesoro?
_¡Tú lo has visto!
_ ¡Pues yo tampoco!
En fin, cosas del día a día
M.Mercedes Rodríguez Perera
¡Oh, un dios imaginario!... Sí, para contarle algunas cositas. Para entender que la mente puede ser la mar de caprichosa. Para comprender que a veces, es toda una necesidad, adentrarnos en nuestros pensamientos, emociones, sentimientos... sin olvidar el contacto certero con la realidad, con el momento presente. Confiando siempre en nuestra fortaleza y en la fortaleza de personas que quieran estar a tu lado. No cerrar nunca del todo la puerta a la amistad, al compromiso leal, a los buenos sentimientos. A la realidad de que podamos equivocarnos. Sí, somos humanos. Y eso es capaz de entenderlo cualquier corazón latiendo, con inquietudes, con momentos turbulentos, con necesidad...
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