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viernes, 27 de marzo de 2015

Huracanes atrevidos


   Huracanes atrevidos que vienen a gobernar vidas pacíficas, contentas, sin demasiados cambios de humor. Mas los huracanes están ahí sin pedir permiso. Sí, invadiendo terrenos ajenos. Dejando inhóspitos los senderos de paz, de armonía, de ilusión, de bonitos atardeceres. ¡Oh, pero qué se habrá creído ese huracán!
    Sabes, estas cosas pasan y no siempre estamos preparados para afrontar situaciones que se salgan de la rutina, de aquello que fácil podemos llevar al redil.
   Las tormentas huracanadas en la vida personal, familiar, de amigos, conocidos, parejas... pues son un mal rollito. No siempre se está preparado para afrontar situaciones difíciles, incómodas, desagradables, no esperadas. Sí, que no se les haya seguido con anterioridad la pista.
    Es en esos momentos tan difíciles donde una templanza puede valer un infinito en oro. El equilibrio emocional y físico puede alcanzar un valor desorbitado casi en cualquier mercado. Ahora empieza, en dicha situación, una actitud de tira y afloja. No se ha de perder de vista nuestros objetivos primarios. La vida es una conquista excesivamente valiosa para tirarla por la borda por un momento de pérdida de equilibrio, de papeles desordenados. Muchos de nosotros cambiaríamos dicha situación por un día de playa o un día de campo. En fin, es en dichas situaciones un tanto difíciles donde se mide la fortaleza, el cúmulo de habilidades de las personas para sobrevivir a situaciones un tanto tensas. Mas, como he comentado, el equilibrio no se ha de perder de vista ni una milésima de segundos.
    Mas si eres capaz de superar ese duelo un tanto fuerte entre una tormenta huracanada y un equilibrio, en ocasiones, a prueba de balas, pues tu organismo ira aflojando la marcha. Sí, hasta conseguir que tu persona no esté ni tan tensa, ni tan a la defensiva. Quizás lo peor haya pasado. Tal vez, y solo tal vez, puedas moverte en situaciones parecidas como peces en el agua. Agradeciendo siempre la colaboración, el saber estar, la complicidad, el arropamiento de personas que sabes están ahí, acompañándote, haciendo que tu vida sea mucho mas llevadera. Celebrando juntos, el triunfo de una victoria bien merecida, bien custodiada. Por que la unión convierte a personas bien avenidas en los buenos y en los malos momentos, en toda una fortaleza. ¡Gracias!

      M.Mercedes Rodríguez Perera

2 comentarios:

  1. Huracanes atrevidos. Yo entiendo que hay personas que dan la impresión de tener la necesidad de superarse así mismos, o a otras personas... pues de forma continúada. Parecen vivir por y para la superación de retos. Yo, evidentemente, no estoy para este tipo de concursos. Mas entiendo que la propia vida te pone sus retos, sus pruebas, que no siempre son gratas ni cómodas. Estoy a favor de que ante un momento huracanado se busque la templanza, el equilibrio emocional, personal. Ello hará que las defensas de tu organismo aumenten y podrás casi sin ser consciente de ello, vencer multitud de tormentas. La vida es una excelente maestra. Todos podemos aprender de ella. Todos podemos colaborar para tener una mayor calidad de vida.

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  2. ¡Oh, huracanes atrevidos!¡Quién los habrá invitado a entrar en nuestras casas! A veces, una tormenta(situación inesperada, incómoda, desagradable...) se puede colar en nuestras ventanas de oxígeno. Entendiendo por ventanas de oxigeno al hecho de estar compartiendo ratos agradables, cómodos, placenteros con la gente que quieres y que te quieren. Pero la mente es bien trastiona y no todo está estipulado en nuestra lista particular de invitados. Es decir, no siempre podemos elegir aquello que deseamos, nos apetece. Mas hay que saber vivir, aprender a mover las fichas que nos interesa y ser partícipes de nuestro mundo-vida.¡Suerte!

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