Divinas palabras las de aquél libro

  Que ahuyentarón mis miedos.

     Donde escribí la esencia de otra vida, de otros momentos particulares... la respuesta de otro ser.

  Donde las lágrimas descargarón tensiones absolutas. Sí, a falta de canales adecuados para conectar adecuadamente con la misma vida. ¡Por que a veces, el dolor puede surcar mares infinitos! Y perderse en lagunas impenetrables.¡Caramba, qué le pasa a ese libro!¡Faltaría mas tanto mal rollito!

     Y a veces tu mirada puede estar perdida... tan perdida que no me reconozcas. Quizás hables lenguas diferentes. Mas yo invento conceptos, descubro contenidos un tanto atravesados... mas como me gusta ser entendida, pues... planeo a ras del suelo, intentando encontrarme conmigo misma. Cuando la oportunidad se hace presente, yo surco un cielo infinito... sabiendo de donde vengo y, hacia donde me dirijo.

     ¡No me dijistes que sabías volar!

         Bueno, no lo sabía... pero llevo prácticando toda una vida.

    ¡Quizás alguien me enseño a navegar mares inmensos de contenidos infinitos... y yo tuve la precaución de poner el freno de mano!

       ¡Y el libro!

  Pues... me enseño la forma mas adecuada de conectar con mi vida, con el mundo. Me enseñó a reír y a jugar. También a llorar, puesto que, todo ello es una necesidad del ser humano. Yo conjugo los contrastes, y, como era de esperar mi vida forma parte de todo ello, y quizás de mucho mas.

     ¡Te divirte tu mundo!

Bueno, quizás actualmente sí. Por que tengo la capacidad de jugar con el lenguaje, con los contenidos, los fondos y las formas... tengo la habilidad de embaucar al compañero. Mas siempre me cercioro de que hay alguién cerca de mí... cubriéndome las espaldas. ¡Ojo, es que a veces, se me va la olla!

   Claro que, la vida llega cuando creo en algo o alguién importante. Necesario ello para fortalecer nuestra persona, nuestro mundo interior-exterior. ¡Cuando sé que tú estás ahí!

      M.Mercedes Rodríguez Perera