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lunes, 30 de marzo de 2015
Quizás un alma demasiado inquieta
Buscando los andares de toda una vida.
Deambulando en el recuerdo del silencio. ¡Oh, qué caprichosa!
Jugando con los avatares de la vida.
Momentos inquietos, hasta turbulentos para sí misma. Quizás un poco para todos...
Despierta, en algunos momentos, en lugares imaginarios no oportunos... que le complican un tanto la vida. Mas la imaginación puede ser algo caprichosa e indiscreta. Claro que ella dice manejarla muy bien.
Rondándole a la vida sus secretos mas íntimos. Los mas ocultos. Aquellos que ella cuela tras una supervisión de dichos momentos, acontecimientos de todo tipo.
Mas la vida es algo atrevida. Juega, en ocasiones, en terrenos movedizos. ¡Oh, qué mal rollito!
Mas a veces, un mar inquieto le comenta: ¡Cuidado, tormenta a la vista!...
Mas ella se ha movido a lo largo de su vida en tormentas continuadas. Algunas de ellas le han sorpendido de manera inquietante. Pero ella es muy suya. Sí, muy altanera. Mas la experiencia vida le ha comentado en multitud de ocasiones que vaya con cautela. Y que jamás renuncie al trabajo en equipo. Por que un equipo puede vencer los huracanes tormentosos con mayor franqueza que una persona sola. Claro que ella no está acostumbrada a trabajar en equipo. Mas la experiencia le comenta gratamente, que no se lo piense dos veces, que en el equipo está la fuerza, la protección, y hasta la supervivencia. ¡Oh, pero tú que me dices!
M.Mercedes Rodríguez Perera
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En ocasiones podemos llegar a pensar que somos autosuficiente. ¡Oh, palabrita esta que parece abarcar toda una enciclopedia! Mas no siempre es así. Renunciar a un equipo formalizado, en continúa preparación, dispuesto a echar una mano. Renunciar a salir de una abismo de forma grata, cómoda, con mayores índices de seguridad... Pues quizás sea una forma egoísta de apostar por la vida, por la importancia del equipo, por la satisfacción de recorrer el camino en buena compañía.
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