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sábado, 7 de febrero de 2015

Al otro lado de mi orilla


  Al otro lado de mi orilla siento que brilla un mundo infinito. ¡Oh!...
  Sí, de luces, de sombras, de recuerdos y gratas experiencias.
  Al otro lado de la orilla escribí tu nombre.
     Bueno, un nombre imaginario, puesto que, desconocía tu verdadera identidad. Además no quería ser una intrusa en tu mundo.
     Entendí que quizás hablaríamos lenguas y dialectos distintos. Y que la falta de comunicación adecuada me haría sentir incómoda, encerrada en un yo que le gusta, de vez en cuando, pasear y tomar el sol. ¡Caramba, mal rollito!
 
       Mas soñé que al otro la do de la orilla podía encontrar respuestas a mis preguntas, a mis inquietudes, a mi cultura tan particular. Quizás podría aprender otras lenguas, conocer otras culturas, hacer que mi mundo particular se hiciera algo mas universal y satisfactorio. ¡Oh, eso si que me gusta!

      Estaba tan absorta en mis pensamientos que sin ser del todo consciente de lo que me estaba ocurriendo, pues desperté...
    Oh, estoy en la orilla de mi mundo... mas soñé en un mundo diferente, con ideologías y formas de ver la vida bien distintas a la mía propia. Un mundo con unas tradiciones que la caracterízan.

         Sentí que la vida me sonreía... ¡Oh, es perfecto!

  M.Mercedes Rodríguez Perera

2 comentarios:

  1. A veces somos nosotros mismos los que ponemos barreras en nuestra vida, en nuestro entorno, incluso en nuestro respirar. Mientras haya vida y existan medios para ello, pues hay mucho mundo por ver, muchas culturas por concocer. Soltamos amarras, cuando, en total libertad elegimos aquellos caminos que,aun, inquietándonos por que supone afianzarse, arriesgar, experimentar nuevas formas en el vivir y en el actuar, pues somos capaces de soltar amarras y aprender a vivir de forma diferente. Mas somos parte de un mundo global, de alguna manera dicha globalidad nos informa,nos motiva y hasta se nos manifiesta.

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  2. Al otro lado de mi orilla está tu orilla. También la de muchas personas inquietas, con aspiraciónes, con ganas de echar pa´lante. Al otro lado de la orilla está la diferencia entre conocernos o incluso llegar a olvidarnos. Al otro lado de la orilla hay muchas ocasiones para compartir, para reflexionar, para aprender los unos de los otros. Al otro lado de la orilla quizás sigas estando tú...

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