Una incipiente sonrisa

   Cuando alguién que no conoces, pasa a tu lado y te sonríe de forma tímidamente.

Cuando el bebé comienza a reír a todo el mundo y a veces parece ponerte en algunos apuros imprevistos.

    Cuando la vida te sonríe y tú le das las gracias a pesar de todo el esfuerzo que has empleado para conseguir tus propósitos por méritos propios. ¡Oh, genial, lo has conseguido!

     Una sonrisa compartida, esperada, cómoda puede hacernos muy felices. Nos puede invita a una acogida grata, cómoda, bonita.

     Una incipiente sonrisa ante un exámen muy pero muy apurado en contenidos. Mas escapas de dicha situación por los pelos y te llevas un aprobado que te puede sonar a sobresaliente ¡Bueno, guardando las distancias! ¡Ese día hasta un momento gris te pueda, quizás parecer un cielo estrellado!Quizás aquél examen no fuera el mas importante, mas para ti era el mas crucial. Quizás y solo quizás te permitiera pasar de etapa...

      Con respecto a los bebés te comento que me encantan. He tenido algunos bebés en brazos procendentes de algunos miembros de mi familia. Tengo la costumbre de hablar le mucho a los bebés hasta que me miran y yo, algo tímida, les comento:¡Me he pasado! A mis sobrinos mas grandecitos y adolescentes, pues también me gusta hablarles muchísimo. Entrar en su mundo en su historia o en aquellas historias que a ellos /as les apetezca contarme. Tengo una relación cercana a pesar de la distancia que nos separa. Es decir que con todos ellos puedo hablar de distintos temas, algunos muy graciosos, comprobando, para mi agrado, que no se han olvidado de mí. Que soy importantes en sus vidas, en su mundo y en su corazón.

       Yo nunca he tenido hijos propios. Es verdad que en una etapa de mi vida, siendo yo una adolescente, sentí que daba a luz a un hijo. En esa ensoñación, fue todo muy complicado por que aparecía un médico que intentaba despertarme, dandome pequeños cachetes, para conseguirlo. El sueño que tuve fue muy incómodo puesto que ese niño tenía que nacer sí o sí. Yo, supuestamente, abría algo los ojos, mas no conseguía despertar del todo. Menos aun empujar. Estaba, aparentemente, muy sedada. ¡Ojo, que yo no pruebo las drogas! Los medios de los que disponía dicho médico eran reamente pobres. Tanto el niño como yo estábamos en grave peligro. Era una situación super límite. Quizás, y solo quizás... alguien acompañó al médico en aquella situación tan verdaderamente dramática. Sí, alguién que, supuestamente tenía mucha prisa por marcharse. Quizás en el sueño no le gustasen los malos rollos. El supuesto parto tendría lugar, imaginativamente, en el ático donde yo vivía. Una noche oscura, mis hermanos pequeños correteando... ¡Oh, dios, quizás los milagros existan! Imaginativamente yo estaba muy sedada, razón por la cual no podía empujar. Al final todo salió bien. Felicitaciones a este médico ficticio.  Imaginativamente, alguien se llevó al niño. Imaginativamente yo le deseé lo mejor(mis causas particulares tenía para desearle lo mejor)... aun a día de hoy deseo todo lo mejor a ese niño imaginario.

       Ni se me hubiera ocurrido contar este tema en casa por que si lo hubiera hecho... el siquiátrico se hubiera convertido en mi alma gemela.

       Sé que fue un sueño por que todos estos recuerdos imaginarios son incongruentes en mi persona. No me siento culpable por que yo no decidia por mi cuenta... un loco no tiene recursos. A veces, no tiene voz ni voto... ¡Lo que si te puedo deicir es que no me siento culpable de nada!

     Mas he querido contar este sueño por que me hace feliz compatirlo con todos vosotros.

          M.Mercedes Rodríguez Perera