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domingo, 1 de febrero de 2015

Ayer cogí mi mochila...


   Andando fui los caminos.
   Despertando a la naturaleza.
   Disfrutando en los momentos.
       Aparcando las penas y los malos augurios.¡No me digas!
    Ayer estaba necesitada de momentos y cambié mi ruta, mis esquemas mentales tan tajantes ante situaciones envolventes en el día a día. ¡Caramba, pero qué me dices!.
     Ayer guardé tu nombre en un joyero muy particular.
  Aquél joyero donde guardo mis momentos mas verdaderos, mas llenos de vida, de autenticidad y de calma.
      Allí donde guardo también las escaladas peligrosas donde casi pierdo la vida.
   En aquél mágico y especial joyero estaba guardado tu nombre en un trozo de papel. Papel de una reliquia impresionate para mi buen sentir. Nombre que me devolvió a la vida, a la luz, al despertar del alma, a la sensibilidad, a la capacidad para aprender a jugar.
     Cuando desperté creí que todo aquello era un sueño... mas allí estabas tú. ¡Oh!...
       
          M.Mercedes Rodríguez Perera

1 comentario:

  1. Aquella mochila tan particular. Que me hizo sentir cómoda, ligera. Mochila llena de sentimientos, de vida, de momentos gratos. Mochila que cuido con esmero puesto que sabe muchas cosas de mí. La mochila del esfuerzo, del saber estar, de la autodisciplina, del compartir... mochila que me conoce, en ocasiones, pues más que yo mismo.

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