Aquél espacio donde yo me muevo con soltura, con agarre, con firmeza, hasta con cierta holgura en las cuentas de mi debe y haber emocional, afectivo...
A veces se ha invadido bruscamente mi espacio. Considerándolo otras personas como espacio suyo propio. ¡Oh, no fastidies!
En nuestra sociedad, por desgracia, hay personas que gozan de una crueldad excesiva. Se alimentan de carroña y lo único que pueden transmitir es dicha carroña.
He tenido muy pocas cosas en la vida que fuesen realmente mías. Muchas de ellas desaparecían en un pis- pas de tiempo. ¡Oh, ni que fueran oro puro! Mis cosas las cuido con esmero por que a mí, personalmente, me gusta que me traten bien, con educación, respeto y no al trancazo(como si fueras un deshecho).
La vida ha ronroneado en torno a mi persona en multitud de ocasiones. A veces, las incongruencias y el sin sentido arropaban mi alma. Pasé muchísimo tiempo sedada. Momentos en los que me era difícil distinguir entre lo real y lo real. Dormía muchísimas horas y no distinguia el día de la noche. Carecía de fuerzas para levantarme. A la mayoría de los miembros de mi entorno les venía genial que yo permaneciera casi veinticuatro horas en cama. Pasaban los días, los meses, las horas... y no conseguía levantarme de aquella cama. ¡Oh, peligro, tentativas de suicidio! Una persona como yo, inquieta, de largos paseos, activa... pues no iba a vivir por tiempo, supuestamente indefinido, en una cama. ¡Pues, claro que no!
Alguién me rescató de aquel infierno. Un familiar cercano me invitó a su casa a vivir con su familia durante un tiempo. Me buscó un curso por el INEM... desde ese día los muertos a su tumaba y yo a la vida. En muy pocos días mi persona dio un giro de tresciento sesenta y cinco grados. Me integré bien con los compañeros del curso. Rebosaba alegría, paz, ilusión... estaba despierta y se me permitía estar despierta durante todo el día. ¡¡Oh, los milagros existen!! En aquella época tambien estaba asistiendo a una terapia de grupo. Incluso allí se notó mi cambio, mi transformación.
También quisiera comentar que, a pesar de los infierntos vividos de manera casi inconsciente, durante muchos años... pues la vida ha sido justa conmigo. Me ha devuelto momentos de luz, de calma, poseo unos talentos que me llenan de felicidad, de bienestar. He aprendido a ser sociable... Bueno, le perdonamos a los momentos vida, pues aquellos difíciles y angustiosos momentos de mi persona.
A día de hoy me siento una mujer fuerte, solidaria, comunicativa, alegre, cómoda en su propia piel. Salud Mental me ha ayudado desde un ámbito de medicación. Medicación ésta necesaaria e importante. También desde un punto de vista personal, de apoyo, de seguimiento. Estoy muy agradecida con todos ellos. Sí, por que han sido el motor de mi vida.
Agradezco, también, a muchas personas que sé a día de hoy están junto a mí, pues por que ello/as han cambiado positivamente mi vida. A veces no se puede nadar contra corriente... mas hay que estar en guardia para averiguar a que rama te puedes agarrar para cambiar tu destino, para intentar dar un sentido positivo a tu vida, a tu mundo, a tu historia personal. Intentar que la balanza se incline a tu favor en lo que a ti te corresponda.
M.Mercedes Rodríguez Perera
El espacio de cada persona, entiendo yo, ha de ser un espacio respetado, tenido en cuenta como necesidad, como crecimiento y necesidad personal. Mas soñando en cerezos no crecen las cerezas. Mas será cuestión de abonarlas y ser consciente de nuestras necesidades. A veces se precisa que demos los primeros pasos en aquellos objetivos que deseamos alcanzar. Por que si tú, por ejemplo, te quedas en tu orilla y yo, me quedo en la otra orilla... pues difícilmente vamos a encontrarnos, a compartir momentos gratos y diversos. Probablemente si no avanzamos con respecto aquello que nos interesa, quizás nunca lleguemos a saber los unos de los otros. O.K
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