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viernes, 20 de febrero de 2015

Cuando te presté la llave y tú...


  Cuando te presté la llave de mi casa y tú te acomodastes tanto a ella que fuiste capaz de romper mi espacio, mi lugar, hasta mi propia privacidad.
  Cuando te presté la llave de mi corazón, de mis nobles sentimientos... mas tú irrumpistes en mis sentimientos como si fueran tuyos. Los convertistes en una gran fiesta ruidosa. Mas tuvistes el descaro de comentar que me hacías un favor. Sin respetar mi dolor ante ciertos recuerdos muy entrañables para mí. ¡Oh, pero fuerte descaro!¡Abráse visto tanta frescura e indolencia!
    Cuando me perdiste la llave y yo... tuve la actitud, la valentía de fabricarme una universal. Viajaba conmigo a todas partes. Abría los entrecijos de mis entimientos mas nobles y entrañables.
     Dicha llave universal y hasta invisible la utilizo para separar aquello que me alimenta, me da la vida, pues de aquello... que pueda hacerme daño, que pueda ser ocupada por un intruso.
      Viaja conmigo al infinito, no necesita credenciales puesto que está dentro de mí, en mi esencia mas particular, mas noble, mas necesidad.
    Mas ahora las puertas de  mi vida se abren y se cierran con una magistral rápidez, entereza, saber estar... ¡Ah, y el que quiera entrar en mi mundo mas particular, pues que pida permiso antes!

       M.Mercedes Rodríguez Perera

1 comentario:

  1. Qué mágico sería tener una llave para alcanzar el universo. Para volar a través de cielos infinitos y atravesar el mar en mílesimas de segundos. Por supuesto es una ilusión, una fantasía. Dicen que la fantasía puede hacer milagros en un alma en pena. Cautivada por su dolor. Difícil de escapar de una cárcel sin barrotes. Mas la esperanza suele cuidar al amigo/a. La fantasía puede rondar tu persona. Y una actitud positiva, inquieta, atrevida... puede hacer magia en tu vida y en otras muchas mas. ¡Y la llave!... ¡Oh, pues está en ti!

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