Ante la cruda realidad de una acción no esperada, desagradable.
Ante la traición de un amigo/a, de una pareja donde se había depositado toda la confianza. Confianza que merecía, tal vez, desde tu yo interior, todo un respeto.
¡Y mira que cuesta volver a sentir un amanecer! (Es decir, volver a recuperar la confianza depositada en una o varias personas)
¡Y mira que cuesta asimilar uan guerra sin sentido. (Es decir, cuando la discusión, los malos rollos envuelven tu vida sin ningún motivo aparente, que lo justifique).
Mas la fortaleza puede llegar a tu vida pujando fuerte. Intentando dar respuestas a necesidades que piden paso.(Ante ello, no lo pienses dos veces, da te otra oportunidad. Da te la oportunidad de disfrutar de la vida, de los momentos que están ahí, junto a nosotros...)
¡Y tu mirada me despierta!
¡Oh, pero fuerte pesadilla!
¡Caramba, ya ha amanedido!
¡Oh, creí que me caía a un precipicio sin luz, sin fondo, sin amanecer... mas alguién me cogió del brazo y me llevó a la vida!
¡Pero qué cosas!...
M.Mercedes Rodríguez Perera
Tormentas de invierno... cuando te miro y no me miras. ¡Cuando alguién juega con mis sentimientos de forma brutal!Tal vez de forma burlona, hiriente, sin sentimientos en su alma ni en su piel. Cuando las necesidades básicas escasean a manos llenas... Sí, aún tenindo una economía que se sostiene bastante.( Por ejemplo, personas que aparentemente lo tienen todo y... buscan sin saber lo que buscan).¡Oh, almas inquietas! Mas a veces, las necesidades materiales básicas pueden crear una situación de impotencica, de agresividad interior... de buscar donde quizás no se encuentre el motivo de tanta desigualdad social, tanta incongruencia que parece mantenerse por los siglos de los siglos. ¡Oh, yo no lo sé...!
ResponderEliminar¡Oh, tormentas de invierno!¡Caramba, ello puede ser un mal rollito! Las tormentas pueden ser tan fuertes, pues muchas veces, como nuestra mente sea capaz de darles dicha furia. La mente, entiendo yo que tiene un poder prácticamente infinito. Luego te levantas al día siguiente mejor que unas pascuas. Mientras otras personas convierten esa misma tormenta en una situación infernal para sus vidas. ¡Oh, Mercedes, pero qué estás diciendo! Quizás nuestro munco interior, actúa en ocasiones como un espejismo. Donde no todo es real... quizás se ha de ser selectivo.
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