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miércoles, 4 de febrero de 2015

Y la vida me enseñó


   Y la vida me enseñó que tenía que luchar, trabajar, justificar, de alguna menera, que tenía que ser respetada, informada, y colaboradora de distintos eventos necesarios y justos.
     Ya he comentado en multitud de ocasiones que soy bipolar. Tengo un trastorno mental. Es verdad que los principios de dicho trastorno no fueron nada fáciles, ni cómodos, ni comprensibles...
      Mas un día te levantas y te apetece formar parte de una sociedad. Sí, con sus gratos e ingratos momentos. Las personas con enfermedad o trastorno mental, pues en muchas ocasiones, digamos que los demás nos organizan la vida. Muchas veces sin perdirnos opinión a cerca de lo que nosotros realmente queremos hacer. Aquello que nos motiva y nos hace sentir cómodos en la sociedad, en nuestro espacio.
     A veces, carecemos de información a cerca de los derechos más básicos a los cuales tenemos acceso. Y en muchas ocasiones son nuestros tutores, nuestros representantes legales quienes deciden por nosotros. Permaneciendo, en muchas ocasiones, sin estar informados de cuales son nuestros derechos. Nos pueden llevar de un sitio a otro como si fuéramos bebés de brazo. Perjudicando, muchas veces, por ignorancia, que muchos de nosotros tenemos capacidades innatas que sentimos la necesidad de expresar, de comunciar, de llegar a otros. ¡Del dinero ni te cuento!. Por que lo que si cuenta es que te lo dan casi a cuenta gotas. A veces, tienes que hacer verdadero malavarismo para, en el futuro, poder tener, aparentemente, acceso a una vida algo digna. Te pasas la vida ahorrando por que supone que tienes que ahorrar para el día de mañana. Se suele decir que el futuro es bien incierto. Mas luego observas a personas cercanas a ti que el dinero les rodea, por lo menos, puede parecer que no viven nada mal. Y tú, muchas veces, tocando el poco dinero al que puedes acceder como si de fuego se tratase. ¡Oh, no toques el dinero que te puedes quemar! Te sientes, por una parte, como si fueras una niña pequeña sin voz, ni voto, y, además escaso dienero. A veces, no se te informa que, quizás tengas opción a elegir otros tutores, representantes legales. Sí, por que puedes tener algunos que ni la palabra te dirigen. A pesar que puedas estar desempeñando una labor importantísima como cuidadora. Casi se te ignora. ¡Oh, un mueble mas del salón¡¡Calla, calla, que hasta las paredes hablan!
      Te ves algo así, como ahogada en un vaso de agua. Puedes llegar incluso a sentir aberración por el agua.
      Y todo tu entorno viviendo, aparentemente, bien. Y tú intentando salir de un problemón que no sabes ni como has entrado, pero que te ha invalidado en grado sumo. A veces lloro en la intimidad de mi habitación, por que entiendo de la injusticia de los acontecimientos.

       Como si yo no tuviera la capacidad tan grande para entender las cosas. Asumir lo que gira en mi entorno, para expresarme a través de los comentarios, los dibjos abstractos, los textos... y sin embargo, vivo en una cárcel sin rejas (mi propia enfermedad) la cual se convirte en un hándicap para defender mis derechos, lo que me pertenece como propiedad privada. Si yo careciera de lo que poseo por naturaleza, trabajo personal, de grupo... si no fuera tan consciente de muchas cosas, situaciones que pasan a mi alrededor, pues a lo mejor sería mas feliz, mas conformista... me limitaría, tal vez, a obedecer y acabar mis día sin penas ni glorias. Se supone que siempre hay alguién capaz de defender tus derechos, tus negocios, tus prioridades, y muchas otras cosas.... A mi mente le resulta tremendamente difícil entender que no pueda acceder a multitud de acontecimientos, pues simplemente por que no se me ha informado.
     Hay personas que, por quizás añadir a su propia cuenta, el dinero de muchas otras indefensas, quizás se convertirían en peliculeros de primera línea.

       Yo siempre he dicho, aunque sea con otras palabras, pues que Salud Mental, ha sido muy importante en mi vida. Necesité en su mometo ingresos necesarios para ajustar, equilibrar mi mente. Necesito medicamento siquiátrico y lo tomo como si de algo sagrado se tratara. Por que tengo convicción plena que me dan salud, me permiten llevar una vida compensada, grata. Salud mental me sacó del abismo de descompensación donde yo estaba metida. No se como entré a formar parte de Salud mental. Yo no provoqué la situación. Pero bueno, lo dicho, les agradezco muchísimo la paciencia que siempre habéis tenido conmigo y seguís teniendo. Os felicito por vuestro tabajo y os estoy eternamente agradecida. Vuestro trabajo es envidiable y admirable para mí.

      Mas yo me preguno y... ¿Cuándo estás compensada... cuando tienes una vida de integración social?
            ¿Cuándo demuestras al mundo que puedes aprender a ser independiente... luego, qué nos queda?...Quién nos apoya en nuestro deambular por el mundo cuando hemos aprendido a despegar, aterrizar, a movernos por el mundo. ¿Quién nos respalda cuando estamos compensado y tal vez indefensos?...

       Mas la vida continúa... Gracias

  M.Mercedes Rodríguez Perera

1 comentario:

  1. Salud mental está ahí para ayudarnos en nuestro trastorno o enfermedad mental. Se preocupan por nuestra salud. Se hace un seguimiento individualizado. No somos números, somos personas. Se hacen tallares ocupacionales para aprender a integrarnos. Pero... cuando estamos integrados socialmente, cuando tenemos unos dones que son muy productivos socialmente, cuando no es oro todo lo que reluce ante ciertos tutores, representantes legales... cuando la situación se pone fracamente difícil e injustificada... pues...¿ Quién está ahí para que la justicia nos avale, nos haga defender lo que por derecho propio nos pertenece. ¿Quienes habrirán las puertas de nuestra invisible cárcel para que la libertad pueda respirar a puro pulmón?

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